QUITO. El papa Francisco llegó a Ecuador en su primera parada de una gira Sudamericana que incluye a Bolivia y Paraguay, y en sus primeras palabras dijo que es necesario valorar las diferencias y fomentar el diálogo, en un país crispado por diferencias políticas.

 

El sumo pontífice agradeció a Dios “por haberme permitido volver a América Latina y estar hoy aquí con ustedes, en esta hermosa tierra del Ecuador”.

 

El presidente Rafael Correa, en compañía de su esposa, recibió al pie de las escalerillas del avión a Francisco, a quien apenas se asomó el viento le arrebató el solideo (gorro de tela) papal.

 

En la pista del aeropuerto internacional de Quito, donde niños lo aguardaron con banderas del Vaticano, dijo que sentía “alegría y gratitud al ver la calurosa bienvenida”.

 

En su primer mensaje, señaló que en el evangelio están las claves para afrontar los desafíos actuales “valorando las diferencias, fomentando el diálogo y la participación sin exclusiones, para que los logros en progreso y desarrollo que se están consiguiendo garanticen un futuro mejor para todos”.

 

Instó a “poner una especial atención en los hermanos más frágiles y a las minorías más vulnerables, que son la deuda que todavía tiene toda América Latina. Para esto, Señor Presidente, podrá contar siempre con el compromiso y la colaboración de la Iglesia”.

 

Es la primera visita del papa a Sudamérica. Antes estuvo en Brasil, en el festival mundial de la juventud, pero ese viaje no tuvo el carácter de oficial.

 

Correa, en un discurso de más de 12 minutos, expresó que “el orden mundial no solo es injusto, es inmoral, todo está en función del más poderoso y los doble estándares cunden por doquier, los bienes ambientales producidos países pobres deben ser gratuitos, y los bienes públicos, producidos por países hegemónicos, como el conocimiento la ciencia y la tecnología, deben privatizarse y ser pagados”.

 

Miles de personas que esperaban en las calles del norte quiteño el paso del papa, junto a voluntarios de la iglesia y policías, lanzaron gritos de entusiasmo cuando el avión de Francisco tocó tierra a las 14.44 horas local.

 

El papa llegará a un Ecuador que ha sido escenario casi a diario de protestas en contra de las políticas y el estilo del presidente Rafael Correa, incluso hasta el jueves en la noche.

 

Entre las actividades que cumplirá Francisco están dos misas en lugares abiertos, en el parque Samanes del norte de Guayaquil el lunes, donde ya se han congregado decenas de miles de personas, y en el parque Bicentenario del norte de Quito, el martes, en donde se espera la presencia de alrededor de 1.2 millones de feligreses, que incluso pernoctarán en los sitios de concentración desde la noche anterior.

 

En Ecuador permanecerá hasta el 8 de julio, al mediodía partirá hacia Bolivia y posteriormente llegará a Paraguay.