La condición de la economía mundial transita por buen camino en este 2017, después que en 2008 se registrara la fuerte caída en la economía mundial por la crisis hipotecaria en Estados Unidos y la posterior crisis de deuda en Europa.

 

Para lograr esta recuperación ha sido muy importante el soporte que han dado los Bancos Centrales como la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), el Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Japón (BoJ), el Banco de Inglaterra (BoE), así como el proceso de liquidez y algunas restricciones que ha realizado el Banco Popular de China.

 

Estos organismos han incrementado la liquidez a través de medir las condiciones de los mercados y, actualmente, pareciera que iniciarán un proceso de reducir dicha liquidez en forma gradual. Estará iniciando la Fed, mientras que el BCE y el BoE en Europa empieza a medir los niveles de riesgo para tratar de arrancar un programa de normalización de tasas de interés, que seguramente lo veremos durante 2018.

 

Algunos gobiernos han sido mucho más disciplinados en el ingreso y gasto público, en los niveles de endeudamiento y en el uso de recursos en programas sociales y de infraestructura para sumar esfuerzos conjuntos entre la política monetaria y la fiscal.

 

Actualmente vemos al Gobierno de Estados Unidos enfrentar un período de debate entre lo que busca la administración Trump y el Congreso en materia de reducción de impuestos, aumento en el gasto de infraestructura y defensa, crecimiento real de la economía, así como los programas sociales como el Obamacare y sus repercusiones, entre otros.

 

La Fed, por su parte, ha venido incrementando gradualmente la tasa de interés a fin de irla llevando a una zona “neutra” y más confortable como lo mencionó Janet Yellen hace algunos días durante su comparecencia ante el Congreso. Ahora está definiendo la estrategia en los niveles mensuales de reducción de activos para no distorsionar la actividad económica.

 

De esta forma, si hacemos un comparativo entre el momento actual y el de hace 12 meses (julio de 2016), la actividad mundial pasa de una clara desaceleración a una recuperación moderada con Estados Unidos y en menor medida Europa intentando recuperar crecimiento económico, China manteniendo su paso en 6.9% anual y Japón, con crecimiento más moderado.

 

México ha mejorado la percepción de la condición económica. S&P mantuvo el rating soberano en BB+, pero subió la perspectiva a “estable” desde “negativa”, por el adecuado manejo de la deuda pública, aunque aún se mantiene en una zona delicada. La actividad muestra un crecimiento que rondará 2.0% anual a lo largo de 2017. El tema pendiente es la producción industrial, cuyas inversiones están a la expectativa del avance del TLC.

 

Si recordamos hace un año, se empezaba a ver el riesgo por la candidatura de Donald Trump por el lado republicano y sus comentarios duros y directos hacia México, con la insistencia de una posible salida de Estados Unidos del TLC, el tema migratorio y la construcción del muro, entre otros.

 

En ese momento se evaluaba el riesgo presidencial, pero las probabilidades de que Trump llegara a la Presidencia eran bajas. Hoy, el miedo se va disipando y los resultados ahí se tienen en mercados como la bolsa, la recuperación del peso y la economía creciendo a ritmo saludable.

 

caem