Nos cuentan que detrás del conflicto por la construcción de la Línea 7 del Metrobús se encuentran, para no variar, figuras cercanas a Andrés Manuel López Obrador, quienes desde la administración del tabasqueño en la capital del país se encumbraron como dirigentes de comités vecinales de la zona de Polanco. Hablamos de personajes como Mayté de las Rivas y Eduardo Farah, sobre los que ya pesan, desde hace tiempo, señalamientos de presión (algunos hablan hasta de extorsión) hacia empresarios y las propias autoridades. Fue el propio contralor ciudadano de la delegación Miguel Hidalgo, Manuel Carlos Martínez Miselem, quien desde 2012 denunció que las gestiones de estos representantes obedecían más a intereses económicos que a la búsqueda del beneficio social. ¿Será?

 

Eduardo Farah

 
Una historia de desaires
Nos dicen que la telenovela de desaires que protagonizan en estos días los partidos de oposición apenas vive sus primeros capítulos. Recordará que, en el episodio anterior, más tardó Alejandra Barrales en abrir la puerta a una alianza de las izquierdas para 2018 que lo que demoró Andrés Manuel López Obrador en cortar de tajo esa posibilidad. Ahora nos adelantan que quien podría dar también la espalda en los próximos días a la dirigente del Sol Azteca es el llamado Joven Maravilla, el panista Ricardo Anaya, quien luego de declarar hasta en conferencia de prensa su “amor” por la perredista, el “coqueteo” de la susodicha con el dirigente del morenismo le sabe a nada más que a traición. ¿Será?

 

Alejandra Barrales

El oportunista de Anaya

 
En medio del balance de las elecciones del 4 de junio pasado, el presidente del PAN, Ricardo Anaya, y uno que otro militante del albiazul plantearon la necesidad de realizar una segunda vuelta en la elección presidencial de 2018. Se trata de una propuesta efectista, mediática, se escucha entre las curules. ¿Por qué? Porque los panistas han rechazado los gobiernos de coalición; y no sólo eso, las cuentas no salen. Como diría el senador Arturo Zamora: los tiempos constitucionales no dan para sacar una reforma constitucional de tal calado.

 

Ricardo Anaya

 
Ejercer la crítica, pero con respeto
Ante algunos excesos en el ejercicio periodístico, vale una reflexión: en momentos de inseguridad para el periodismo mexicano se hace necesario ejercer la crítica con profesionalismo y, sobre todo, con respeto a la ideología, a las preferencias sexuales, a las culturas, a las instituciones y a los grupos étnicos, entre otros aspectos. Hay que exigir respeto al ejercicio periodístico y dejar a un lado el insulto, ya que en muchos casos se apela a la libertad de expresión para agraviar, denigrar o, incluso, discriminar, lo cual es condenable. En el ejercicio periodístico deben existir principios éticos. Hay que pedir respeto, respetando.