Increíble, por no decir otra cosa, resultó ser el señalamiento de Gustavo Madero en el sentido de que el partido que la Selección Mexicana y la brasileña sostendrán como preparación de ambas escuadras debe de moverse de día pues resulta un distractor del proceso democrático del 7 junio que se llevará a cabo en nuestro país.
Ridículo, podría ser el adjetivo del jerarca panista que no se da cuenta que un proceso electoral dura aproximadamente 12 horas y que un partido solamente dura dos. Un sinsentido, ya que equivaldría pensar que la CBF y la Femexfut se pusieron de acuerdo para levantar una bomba de humo y así posibilitar el beneficio del partido en el poder y en detrimento del suyo. Lo que valdría preguntar a Madero es si de plano también habría que prohibir partidos de dominó, black jack, boliche o cualquier deporte para que la gente pueda concentrarse únicamente en las elecciones intermedias. También, ya que andamos con vaciladas, por qué no se define quién es el portero titular de la Selección, si Ochoa o Corona… pero como pregunta en las boletas electorales. Por favor, Sr. Madero, un poquito más de seriedad.
Tragedia aérea en un vuelo Barcelona-Dusseldorf que termina prematuramente en las montañas de los Alpes franceses. Un accidente que viste de luto a la compañía Lufthansa , a la aviación mundial y a más de 15 países de donde eran originarios los pasajeros del vuelo de Germanwings. Una pesadilla la que habrán vivido los cerca de 150 pasajeros y seis tripulantes que descendieron aproximadamente ocho minutos hasta impactarse con la ladera de esa montaña, historias tristes todas y cada una de las que se narran de los hoy muertos, desde quienes no tenían que estar en ese vuelo hasta grupos de jóvenes de secundaria que venían de cursos y paseo. Qué dolor de las familias y amigos, algo terrible, sin duda.
Lo que también resulta inexplicable es por qué le damos tanta difusión a los accidentes aéreos y cuando se desbarranca un camión con gente humilde no somos capaces de darle la misma importancia. A fin de cuentas, todas son vidas humanas .
Impresionantes y terribles las escenas de la lucha en donde perdió la vida El Hijo del Perro Aguayo, tan terribles que le dieron la vuelta al mundo, imágenes que hoy resultan bestiales por su crudeza pero que son propias de un deporte que lleva en su ADN la bestialidad, la brutalidad y el aguante de los participantes. Si bien muchos demeritan la disciplina porque no parecen ser reales los combates, lo que sí son reales son las evoluciones, las acrobacias y las caídas, vuelos y todo lo que se necesita para que la lucha resulte en una gran batalla. Un accidente de trabajo sin duda, pero un accidente de trabajo que desvela infinidad de carencias de control por parte de quienes presentan estos espectáculos.
La lucha libre, señoras y señores, es tan seria que se debe de proteger, se debe de cuidar a los luchadores, no maltratarlos y sobre todo respetarlos como lo que son, unos verdaderos deportistas de alto rendimiento que merecen mejores sueldos, mejor atención médica, mejor prevención y sobre todo mejor suerte. Descanse en paz, El Hijo del Perro Aguayo.
Gracias y que Dios… reparta suerte