TORONTO. En poco más de seis meses, el flamante nuevo primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha consolidado nacional e internacionalmente su “marca”, que contrasta con la de la mayoría de los líderes políticos occidentales.

 

Cuando en marzo pasado, Justin Trudeau viajó a Washington para reunirse con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y materializar la primera visita de Estado de un mandatario canadiense a Estados Unidos en 20 años, la revista “Time” publicó un artículo sobre las “cinco cosas” que es necesario saber sobre el primer ministro canadiense.

 

“Hace cosas monísimas (y la gente se da cuenta)”, afirmaba la publicación en ese artículo.

 

La frase sobre las “monadas” de Trudeau es uno de los cinco conocimientos necesarios sobre el mandatario canadiense.

 

Canada's PM Trudeau holds a ceremonial sword during a Vaisakhi celebration on Parliament Hill in Ottawa
Foto: Reuters

 

 

Los otros son el hecho de que es el hijo de otro primer ministro, Pierre Trudeau, que de profesión es profesor, que es el segundo gobernante más joven en la historia de Canadá, con 43 años, y que es “muy progresista”.

 

“Time” también acaba de incluir a Trudeau, que se convirtió en primer ministro tras ganar las elecciones generales del pasado 19 de octubre, entre su lista de los 100 individuos más influyentes del mundo, aunque las razones para su membresía en el selecto grupo son menos claras.

 

“En muchos aspectos, Canadá ya no es el país en el que crecí pero cuando oigo hablar a Justin Trudeau, me recuerda de nuevo a mi Canadá. Atrevida, clara como una campana y progresista”, escribió en la revista el productor ejecutivo del conocido programa de televisión “Saturday Night Live”, el canadiense Lorne Michaels.

 

Aunque esta explicación no parece suficiente para entender por qué Trudeau es una de las personas más influyentes del mundo, más allá de ser el primer ministro de una de las principales economías del mundo, la periodista canadiense Susan Delacourt parece tener una mejor explicación de la fama nacional e internacional del político.

 

Canadian Prime Minister Justin Trudeau spars in the ring at Gleason's Boxing Gym in the Brooklyn borough of New York
Foto: Reuters

 

 

“El primer ministro Trudeau está pasando mucho tiempo este mes puliendo su marca en casa y en el escenario internacional”, escribió la conocida periodista canadiense hace un mes en el periódico “The Toronto Star”.

 

“Es muy evidente que este nuevo Gobierno de Trudeau está muy atento a las políticas de marca e imagen y está buscando de forma activa cobertura de alto nivel”, añadió Delacourt.

 

Desde que ganó las elecciones, poniendo fin a casi una década de gobierno del conservador Stephen Harper, el político liberal ha ocupado la portada de revistas como “Vogue” (“El nuevo joven rostro de la política canadiense”) y “QC” (“Ese nuevo tío galán y líder canadiense”).

 

Trudeau no solo está presente en las portadas de reconocidas revistas, o en programas de televisión como el prestigioso “60 minutes” de la cadena estadounidense CBS.

 

Como una estrella cualquiera de Hollywood, Trudeau se acerca a la gente cuando está en eventos públicos y es famoso por no decir “no” a cualquier petición de selfie.

 

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Foto: EFE

 

 

A la pregunta de por qué Trudeau es tan popular en todo el mundo, un internauta escribió en la popular web Quora que “porque es joven, atractivo, refleja los valores de la generación más joven e implementó unas cuantas medidas para satisfacer a las masas”.

 

A diferencia de la mayoría de los políticos occidentales, al mandatario no le importa quitarse la chaqueta y la corbata, y a veces incluso la camisa, y mostrar sus tatuajes.

 

Durante su visita esta semana a Nueva York, Trudeau tuvo tiempo para acercarse al histórico gimnasio Gleason de Brooklyn, donde han entrenado boxeadores como Muhamed Ali o Mike Tyson, cambiar el traje por unos pantalones cortos y una camiseta y calzarse unos guantes para subirse al cuadrilátero e intercambiar movimientos con varios jóvenes.

 

Todo bajo la atenta mirada de decenas de cámaras.

 

Aunque en Canadá, los partidos de la oposición ridiculizan las múltiples apariciones de Trudeau en los medios de comunicación y su proclividad a los selfis, para otros la popularidad del primer ministro y su accesibilidad responde a una estrategia más profunda.

 

El periodista Evan Solomon considera que Trudeau “ha empezado una gran operación para volver a crear la marca de Canadá en el escenario internacional como un país abierto, progresista, con más de lo que el mundo puede apreciar en la actualidad”.

 

Y aunque algunos puedan cuestionar sus métodos, Solomon abraza ese estilo porque, “como diría cualquier embajador en Estados Unidos, captar atención para los asuntos canadienses en Estados Unidos es más difícil que vender hockey sobre hielo en Hawai”.