No me extrañaría que la parte de mayor peso en la lucha por el campeonato mundial de pilotos, se resuelva en la mente de los contendientes.

 

Sobre todo cuando los autos han mostrado una paridad importante, como la que ha conseguido Ferrari últimamente frente a Mercedes y lo que queda, es la capacidad de los pilotos.

 

Una de las cosas más destacadas del GP de Inglaterra, hasta ahora la mejor carrera del año, y por la pelea cercana entre los cuatro punteros una de las mejores en esta época, es el control de Vettel.

 

La verdad, creía que lo habíamos perdido. Cometiendo errores que le restaban puntos importantes contra Hamilton, parecía que se iba a ir desdibujando en lo que restaba de la temporada.

 

Pero no. En Silverstone demostró que tiene resto, que a pesar de la tensión que le ha causado por primera vez en su carrera una lesión (contractura) con la que ha tenido que competir, Vettel está de regreso.

 

Y lo que es mejor, está jugando como lo hace su rival, esa especie de Mind Games o juegos mentales que podrían llegar a poner la pelea por el título en la ruta de definirse en las últimas carreras del año.

 

Le decían a Vettel por radio: “¡Eres un león!”, en alusión a los leones británicos. “Nada como ganar en casa ajena”, respondía el alemán.

 

Y lo cierto es que, pese a la solidez mental de Hamilton, Vettel le ha ‘comido el mandado’ en dos de las carreras más importantes del año para Lewis: Canadá, donde gana por costumbre y Gran Bretaña que es el terruño.

 

Pero, ¿por qué es importante reparar en los juegos mentales de este duelo? Dos razones. Uno, hay una paridad enorme entre los dos autos y ambos pilotos. La pole position, donde la técnica más depurada consigue parar antes el reloj, se definió por tan solo 44 milésimas de segundo.

 

Dos, Vettel se ha sobrepuesto de una caída anímica hasta que decidió atacar con la misma táctica que el enemigo. Mostrando su fortaleza mental.

 

Enseñó que es capaz de recuperarse de los errores ante las circunstancias más adversas, en campo ajeno, mermado físicamente y hasta fue capaz de tirar algunos dardos a Hamilton.

 

Y del piloto de Mercedes, no esperemos otra cosa que una recuperación. Que también deberá venir en varios sentidos: el primero debe ser el liderazgo estratégico con la escudería Mercedes porque ya son dos carreras perdidad gracias a errores o dudas desde el pit Wall.

 

Además, Hamilton tiene que responder ante este desplante de su enemigo. No atacará burdamente. No irá a ser el provocador. Al contrario, será sutíl y cáustico, como ya lo fue antes, y sacará otra vez de su chistera los comentarios sobre pilotos que cometen errores tirándole a Vettel.

 

Con este escenario, cumplida apenas la primera mitad de la temporada de Fórmula 1, sabemos que vendrán intercambios constantes. Si hay cambio de posiciones tres o cuatro veces más en el año, tendremos probabilidad de ver unas carreras cerradísimas en el calendario europeo.

Y eso es lo que nos encanta. ¡Nunca cambies F1!