ASCOLI PICENO. Con la presencia de altas autoridades de Italia, un pabellón deportivo acondicionado fue hoy el escenario de un primer, solemne y emotivo gran funeral de 35 de los 290 fallecidos durante el sismo del pasado miércoles en el centro del país.

 

El presidente italiano Sergio Mattarella y el primer ministro Matteo Renzi encabezaron la ceremonia religiosa que se celebró en una jornada de luto nacional decretada por el gobierno con las banderas de los edificios públicos de todo el país ondeando a media asta en homenaje a los 290 fallecidos.

 

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Con los 35 ataúdes de los fallecidos colocados entre el altar y el público, velados por familiares de las víctimas, la mayoría mujeres pero también dos niñas, la misa tuvo lugar con la participación de representantes de los equipos de rescate que mantienen todavía las búsquedas bajo los escombros.

 

Los cadáveres procedían de Arquata del Tronto, un pueblo de alrededor de mil 200 habitantes ubicado en la región de Las Marcas.

 

Entre los ataúdes destacaban dos por su tamaño pequeño, el de las dos niñas, una de nueve años y la otra de tan solo año y medio de edad, cuyos féretros fueron aplaudidos al salir de la improvisada morgue en un cortejo.

 

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“Amigos todos, no tengan miedo de gritar su sufrimiento pero no pierdan el valor. Juntos reconstruiremos nuestras casas e iglesias”, comentó en su sermón el obispo de la localidad de Ascoli Piceno, monseñor Giovanni D’Ercole, quien ofició la ceremonia religiosa.

 

“Estos días hemos sufrido juntos pero ahora es el momento de la esperanza”, añadió el obispo al auditorio de centenares de personas entre las que destacaban políticos, militares, policías, bomberos, periodistas de todo el mundo y los presidentes de la Cámara de los Diputados y del Senado, Laura Boldrini y Pietro Grasso, entre otros.

 

“Polvo. Todo es polvo. Y sin embargo, debajo de los escombros, hay algo que nos dice que nuestras campanas volverán a sonar. Nuestra tierra está poblada de gente que no pierde la valentía” agregó el obispo.

 

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La misa tuvo lugar según el más estricto rito católico y se celebró bajo un intenso calor, en medio del silencio, la emoción y un desmayo.

 

El momento culminante de la ceremonia sucedió cuando un sacerdote leyó el nombre de pila de cada uno de los fallecidos y anunció que había que añadir una víctima más lo que provocó un grito de angustia.

 

Al término de la ceremonia religiosa, tanto el presidente italiano como el primer ministro Renzi, quien estuvo acompañado de su esposa y comulgó, platicaron con los familiares y les dieron abrazos y palabras de consuelo.

 

Durante el funeral se anunció el fallecimiento de una persona más en el sismo que según el balance de esta mañana aumentó a 290 víctimas mortales, reportaron fuentes de la Protección Civil italiana.

 

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Del total de 290 fallecidos, 230 perdieron la vida en Amatrice, centro, un pequeño poblado de dos mil 600 habitantes convertido en la “zona cero” del temblor porque además de ostentar el récord de víctimas la mayor parte del municipio fue destruido.

 

El lugar fue visitado esta mañana, antes de la misa, por el presidente italiano Sergio Mattarella quien platicó con familiares de las víctimas y con los equipos de socorro a los que agradeció su labor y que seguirán buscando entre los escombros.

 

“Les agradezco todo lo que están haciendo (…) No les dejaremos solos. Haremos todo lo posible para estar cerca de ustedes”, les dijo Mattarella. JMS