MIAMI.- El potente huracán Irma perdió fuerza a medida que avanzaba por la costa oeste de Florida, EU, hacia el norte, pero a su paso dejó devastación y la amenaza de peligrosas marejadas.

 

Hasta ayer solo se había informado de la muerte de tres personas a causa en Florida, pero las autoridades adviertieron que los Cayos sufren una “crisis humanitaria después de que Irma tocara tierra allí la madrugada del domingo con vientos de más de 200 kilómetros por hora.

 

Las tres muertes confirmadas hasta ahora ocurrieron en accidentes de tráfico, una de ellas la de un hombre en los Cayos que perdió el control de su camioneta por los fuertes vientos.

 

Los otros dos fallecidos son la “sheriff” adjunta del condado de Hardee y un sargento del departamento de correcciones del estado, que chocaron con sus vehículos en un momento de lluvias y vientos severos en la zona.

 

Se teme que la cifra de muertos aumente una vez las condiciones meteorológicas permitan el trabajo de los equipos de socorro.

 

Se esperaba que el personal de auxilio y los suministros de primera necesidad lleguen a la zona hasta hoy lunes.

 

La Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) advirtió que quienes se quedaran en la zona pese a la orden de evacuación estarían “por su cuenta” hasta que puedan llegar de manera segura los equipos de rescate.

 

El vicepresidente de EU, Mike Pence, explicó ayer en una visita a la sede de FEMA en Washington que, debido al paso del huracán no se podían mover las misiones de rescate.

 

Aún es pronto para un balance de los daños materiales ocasionados por Irma, pero entre sus consecuencias se cuentan ya la pérdida de electricidad en más de 2 millones y medio de inmuebles (el 27% del estado), así como el colapso de dos grandes grúas de construcción en el Downtown de Miami y un techo arrancado en un edificio de un barrio cercano.

 

Esos incidentes, que no han dejado heridos, se suman a la caída de árboles y las vías anegadas, una situación que se prevé que empeore con el aumento progresivo del nivel del mar al paso de Irma.

 

De hecho, el gobernador de Florida, Rick Scott, ha dicho que esa es “la mayor preocupación” y los reporteros de las grandes cadenas nacionales insisten en que quien más mata en los huracanes no es el viento sino el agua, para que los ciudadanos no se confíen y salgan a la calle.

 

Para evitar eso, en Miami se impuso un toque, aunque también pretende evitar los saqueos.

 

El presidente, Donald Trump, dijo ayer que visitará Florida “muy pronto” y alabó la gestión que están haciendo FEMA y la Guardia Costera, en unas breves declaraciones a su llegada a la Casa Blanca tras pasar el fin de semana con su gabinete en el retiro de Camp David (Maryland).

 

Preguntado por la respuesta ante Irma, Trump aseguró que “está yendo realmente bien”.

 

También ayer, el Presidente firmó la declaración de “gran desastre” en Florida por Irma, que permitirá la llegada de fondos federales, mientras el Pentágono anunció que mantiene movilizados más de 7 mil 400 efectivos para hacer frente al potente huracán.

 

Antes de llegar a Florida con categoría 5, el ciclón causó unas 30 muertes y cuantiosos daños materiales a su paso por el Caribe.

 

En el ojo del huracán

– Florida es el cuarto Estado más poblado de EU con 21 millones de habitantes.

 

– 6 millones de residentes recibieron la orden de evacuar

 

– Se abrieron 260 refugios para 60 mil personas

 

Deja inundaciones en La Habana

Irmá provocó serios destrozos por todo el territorio cubano, con inundaciones de más de un metro en las zonas costeras de La Habana, donde el Malecón quedó prácticamente sumergido, tras ser barrido por olas de más de 10 metros de altura.

 

En esta capital y en otras ciudades, las lluvias y los vientos arrancaron árboles y postes del tendido eléctrico, destruyeron antenas de telefonía y radiocomunicaciones y afectaron la infraestructura vial.

 

En La Habana, donde el intenso huracán se despidió de Cuba, amaneció ayer con su emblemático Malecón devorado por la furia de las inmensas olas que el meteoro arrastró a su paso, mientras habaneros y turistas contemplan atónitos la escena bajo una llovizna intermitente.

 

Irma llegó el pasado jueves al extremo oriental de Cuba con vientos de categoría 5 -la máxima de la escala Saffir-Simpson- y en su trayecto por la costa norte de diez provincias de la isla se degradó primero a la categoría 4 y al final dejó el país como un 3 al poner rumbo a la localidad estadounidense de Cayo Hueso.

 

Muchos habaneros habituados a lidiar con ciclones y sus consecuencias afirman que en esta ocasión ha sido “insólita” la magnitud de las penetraciones marinas.

 

Maribel Domínguez, vecina de la céntrica calle habanera San Lázaro, relató que vive en la primera planta de un edificio donde la inundación “ha sido tan fuerte que varios autos al no poderlos evacuar a tiempo están bajo agua. Nunca había visto nada parecido”, apuntó la mujer con asombro.

 

Autoridades de la capital cubana han declarado que hay daños pero aún habría que esperar por su cuantificación, aunque en algunas zonas de la ciudad los propios vecinos han iniciado las labores de limpieza para retirar los arbustos de las calles y algunos negocios gastronómicos particulares han reabierto.

 

caem