MIAMI.- El 25% de los inmuebles de los Cayos de Florida, donde el huracán Irma impactó el domingo como categoría 4, quedaron totalmente destruidos y el 65 % presentan daños severos, indicó ayer un portavoz de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) de EU.

 

Brock Long, administrador de FEMA, indicó que siguen analizando la situación en estos pequeños islotes que representan el extremo sur de EU, pero que “básicamente, cada casa en los Cayos fue impactada de una forma u otra”, informó CNN.

 

El centro del ojo del huracán Irma tocó tierra a primera hora del domingo en los Cayos de Florida con vientos que rondaban 215 kilómetros por hora, según datos del Centro Nacional de Huracanes (NHC) de EU, que arrasaron gran cantidad de viviendas y casas móviles, y también gasolineras, avionetas, vehículos, embarcaciones, árboles y cuanto encontraron a su llegada a Florida, después de sembrar muerte y destrucción en el Caribe.

 

Al menos 10 muertes en EU son achacables a Irma y numerosas ciudades quedaron parcialmente inundadas como Miami Beach o Jacksonville.

 

El apacible enclave turístico de los Cayos de Florida se convirtió ayer en un paraje desolador por el que desfilaron centenares de vehículos militares, de emergencia y obras públicas que buscan devolverle la vida a estos islotes.

 

El panorama de devastación es aún más dramático en las estrechas cuadras (manzanas) de este alargado archipiélago, donde las viviendas aguardan a sus dueños con muy malas noticias en lo que ya ha sido considerado como una “crisis humanitaria” por el condado de Monroe, a las que pertenecen los cayos.

 

Entre ellas, llama la atención un complejo de tres pisos, en Islamorada, que se hundió entre la arena llevándose sus 12 apartamentos como si se lo hubiera tragado un socavón.

 

Pedro León, uno de los bomberos que entran a los vecindarios para rescatar personas que no evacuaron, dijo que calcula que el 85% de los 85 mil residentes permanentes de los cayos salió antes de la llegada de Irma.

 

Las autoridades finalmente abrieron ayer la entrada a los residentes de algunos de los cayos (Tavernier, Cayo Largo e Islamorada).

 

El gobernador de Florida, Rick Scott, quien evaluó la zona en helicóptero el lunes, dijo que la tormenta dejó “devastación”.

 

Restaurar el servicio de electricidad seguía siendo una prioridad para las autoridades, pues se estima que al menos unos 12 millones de personas estaban sin luz el martes, casi dos tercios de la población de la entidad de 21 millones.

 

El presidente Donald Trump tiene previsto visitar hoy la zona afectada en Florida.

 

caem