DUBLÍN.  Los votantes irlandeses acudieron este viernes a las urnas para decidir si habrán de legalizar el matrimonio entre parejas del mismo sexo, en una jornada que el ministro para la igualdad calificó de plebiscito sin precedente.

 

Las encuestas de opinión durante la campaña de dos meses en esta nación de mayoría católica indican que la enmienda apoyada por el gobierno en favor del casamiento gay debería ser aprobada por mayoría cuando se anuncien los resultados el sábado, pero los activistas a favor de la legalización manifestaron cautela teniendo en cuenta votaciones anteriores en las que la oposición al gobierno y la baja concurrencia de votantes rechazó propuestas de manera inesperada.

 

Las autoridades electorales manifestaron una concurrencia superior a lo habitual en puestos de votación en escuelas, iglesias y bares en esta nación de 3.2 millones de votantes registrados. Se formaron filas frente a algunos puestos antes de que abrieran a las 7 de la mañana.

 

Los votantes que salían de un puesto de votación en el nordeste de Dublín demostraron una clara brecha generacional cuando se les preguntó cómo habían votado. La mayoría de los menores de 40 años dijeron que sí y los votantes de mayor edad tendieron a decir que no.

 

“Se puede conceder a los homosexuales sus derechos sin redefinir la institución del matrimonio. Lo que están pidiendo es demasiado”, afirmó Bridget Ryan, de 61 años.

 

El ministro del gobierno para la igualdad, Aodhan O Riordain, votó en el nordeste de Dublín y dijo que había sido el voto más importante de su vida. Manifestó optimismo por los primeros indicios de una fuerte concurrencia de votantes, puesto que la participación de los votantes primerizos era considerada importante para la aprobación de la medida.

 

“Este es un plebiscito como ningún otro”, dijo O Riordain a The Associated Press. “Hay una anticipación como nunca he visto antes”.

 

Los líderes católicos manifestaron su oposición a la medida argumentando que la legalización del matrimonio homosexual socavaría la institución y desencadenaría consecuencias legales imprevistas en los tribunales irlandeses en cuestiones como la adopción.

 

La aprobación de la medida reforzaría la impresión de que la influencia de la iglesia católica se está desvaneciendo en el mismo país que en la década de 1980 rechazó enérgicamente el aborto y el divorcio.

 

Primer ministro insta a votar “sí”

 

El primer ministro irlandés, el democristiano Enda Kenny, insistió en que el “sí” a la legalización del matrimonio homosexual, que se decide hoy en un referéndum, es un voto a favor de la “igualdad” en este país.

 

Kenny lanzó ese mensaje desde su cuenta de la red social Twitter, en la que colgó también una fotografía junto a su esposa, Fionnuala, después de depositar su papeleta en el colegio de San Antonio de la localidad de Castlebar, en el condado noroccidental de Mayo.

 

“Esta mañana, Fionnuala y yo votamos ‘sí’ por la igualdad en el matrimonio”, escribió el primer ministro, católico practicante, en un “tuit” hacia las 09:00 horas GMT, tres horas después de la apertura de los centros de votación.

 

 

Durante 15 horas, hasta las 21:00 GMT, los poco más de tres millones de irlandeses podrán ejercer su derecho al voto en un plebiscito que, en caso de victoria del “sí”, convertirá a este país, aun mayoritariamente católico, en el primero que aprueba el matrimonio homosexual por voluntad popular.

 

También hoy, los irlandeses deben decidir en otro referéndum si se rebaja desde los 35 hasta los 21 años la edad mínima para ser presidente de la República, un cargo principalmente representativo.

 

La República de Irlanda ya promulgó en 2010 la ley de Relaciones Civiles que, por primera vez en este país, concedía reconocimiento legal a las parejas de hecho del mismo sexo, pero eludiendo calificar a esas uniones de “matrimonio”.