RIAD. El Presidente Barack Obama, reafirmó la colaboración entre Washington y los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) Pérsico, tanto frente a Irán como en la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico.

 

Al término de la cumbre celebrada entre EU y el CCG en la capital de Arabia Saudí, Obama explicó que había tranquilizado a sus aliados suníes del Golfo, los cuales temen que Washington trate con “ingenuidad” a Teherán e ignore sus actividades “desestabilizantes” en la región.

 

Obama admitió que los países del CCG estaban “preocupados” por las consecuencias del pacto nuclear que Irán y las potencias internacionales firmaron en junio de 2015, pero que en este tiempo han comprobado que EU ha seguido cooperando frente al régimen chií.

 

EU acordó con los seis miembros del CCG -Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Catar, Kuwait y Omán- efectuar patrullas marítimas conjuntas para evitar que Irán suministre armas a los rebeldes chiíes del Yemen.

 

Asimismo, EU y los Ejércitos del CCG llevarán a cabo más maniobras conjuntas, que tienen como objetivo mejorar las capacidades militares para mantener la seguridad y la estabilidad de la región, según anunció el secretario de Defensa estadounidense, Ash Carter, el cual también acudió a Riad.

 

Obama recalcó que, a pesar de las “diferencias” con los países del Golfo, su apoyo ha sido fundamental para alcanzar el polémico acuerdo nuclear con Irán, así como un alto el fuego en el Yemen, cuyo conflicto es visto como un enfrentamiento indirecto entre las monarquías suníes y Teherán.

 

Asimismo, el presidente estadunidense declaró que las tensiones de las que se ha hablado en los últimos tiempos “siempre fueron sobredimensionadas”, y prueba de ello es esta cumbre de Riad, que siguió a la cita de Camp David (EU) en mayo de 2015 entre los tradicionales aliados.

 

La lucha contra el EI, principalmente en Siria y en Irak, también ha sido una fuente de tensión entre EU y las ricas monarquías del Golfo, que no aportan tanto a la coalición internacional antiyihadista liderada por Washington como este último querría.

 

Pero Obama aseguró en Riad que los países del CCG han cooperado “de forma intensa para luchar contra el terrorismo” y contra el EI en concreto.

 

En la clausura de la cumbre, el presidente dijo que EU y los integrantes del CCG “permanecen unidos” en la lucha contra el EI y que los países árabes han prometido que seguirán aumentando los medios que dedican a esta batalla.

 

El conflicto en Siria, otro de los puntos en torno a los que la Administración Obama y los países del Golfo han estado en desacuerdo, estuvo en la agenda de la cumbre, que se celebró a puerta cerrada entre todos los jefes de Estado.

 

Obama también dejó claro que el presidente sirio Bachar al Asad debe dejar el poder, tal y como ha pedido insistentemente Arabia Saudí, no sólo porque haya matado a su pueblo, sino porque “no puede ser concebido como parte de un gobierno (de transición) que ponga fin al conflicto”.

 

Los Gobiernos del CCG, sobre todo el de Arabia Saudí, han criticado a Obama desde el comienzo del conflicto en Siria por no involucrarse directamente y por su postura tibia respecto a Al Asad, al cual les gustaría derrocar con la ayuda militar y la aprobación política de Washington.