A un mes de la captura de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, el Cártel de Sinaloa que él dirigía sigue operando en el trasiego de drogas y los millonarios bienes que por años autoridades atribuyeron al capo aún no aparecen confiscados en algún expediente de la Procuraduría General de la República (PGR).

 

Días antes y después del 22 de febrero, cuando fue capturado El Chapo, se incautaron cuatro ranchos, hasta el momento ninguno de ellos, de acuerdo al expediente, puede atribuírsele al capo. Tampoco el total de los 43 vehículos decomisados, de ellos 19 blindados, y de las 16 casas, apenas seis podrían relacionarse directamente con el líder del cártel de Sinaloa.

 

La mayoría de esos bienes, de acuerdo a las declaraciones ministeriales, están vinculados a células que trabajan para el cártel de su socio, Ismael Zambada García, El Mayo.

 

De las 13 personas detenidas, apenas dos formarían parte del círculo más cercano de El Chapo, el resto son operadores para el tráfico de drogas, de acuerdo al legajo criminal, todos al servicio de la organización, pero especialmente de El Mayo.

 

Tampoco los agentes de la PGR han podido identificar a los funcionarios encargados de brindarle protección en Sinaloa. Apenas hace una semana las autoridades locales iniciaron investigaciones administrativas contra policías municipales y estatales radicados en Mazatlán, incluso el ex secretario de Seguridad Pública de Mazatlán, Pablo Andrés Hernández Lizárraga, debió renunciar de su cargo y se encuentra bajo investigación.

 

Pero de acuerdo al expediente de la PGR no han sido citados a declarar funcionarios ni federales ni locales.

 

Y la riqueza de Guzmán Loera todavía no es visible para los investigadores. Desconocen aún en qué empresas o bienes invirtió los millones de dólares para lavar los recursos procedentes de la venta de drogas.

 

Una revisión en el Registro Público de la Propiedad de Sinaloa muestra que desde 2007 los agentes federales no han solicitado que sean incautadas empresas posiblemente vinculadas al Cártel de Sinaloa.

 

 

¿Y los millones?

 

Las seis casas de Guzmán Loera en Culiacán y su departamento en Mazatlán, bienes ubicados todos en febrero pasado, no muestra los lujos de un gran capo.

 

Se trata de inmuebles con poco más de 200 metros cuadrados y que, de acuerdo al Registro Público de la Propiedad, su valor catastral no supera los 2 millones de pesos.

 

Fueron comprados a particulares entre 2011 y 2012, en los que había casas viejas y se derribaron, reemplazándose por nuevos inmuebles con las especificaciones de seguridad y comodidad que debían cubrir los arquitectos e ingenieros a petición de los colaboradores de Guzmán Loera, encargados de estas tareas.

 

Apenas la PGR investiga qué empresas trabajaron en la construcción de las casas y diseñaron una vía de escape por el sistema de drenaje profundo de la ciudad. Sin que hasta el momento alguno de ellos haya sido localizado, de acuerdo con las fuentes.

 

Los inmuebles tenían prácticamente los mismos colores beige y café, un diseño similar de dobles y altos muros, rejillas en las ventanas, cámaras de seguridad, pocos muebles, algunos lujos básicos como albercas o salas de reposo, pero no más.

 

De acuerdo a las declaraciones, Guzmán Loera mantenía poca seguridad desde hace por lo menos tres años, se movía constantemente entre esas y otras casas ubicadas en Culiacán y Mazatlán, y un rancho a las afueras de la capital, el cual no se ha incautado.

 

Ni en ese expediente, ni en ningún otro vinculado a El Chapo, hay investigaciones sobre las operaciones financieras del cártel, vinculadas a empresas, otros inmuebles en el país ni transferencias bancarias.

 

El único caso más sólido y vinculado al Cártel del Pacífico apenas se concretó en 2008, contra la familia Cázares, después de que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos los colocara en su lista como lavadores de dinero.

 

Se trataba de empresas importadoras de cosméticos, ropa, restaurantes y casas de cambio, en total 19 compañías, las cuales EU consideraba como parte de la red de lavado de dinero al servicio del Cártel.

 

Esta célula era dirigida, de acuerdo a la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del Tesoro de Estados Unidos, por la empresaria sinaloense Blanca Margarita Cázares Salazar, conocida como La Emperatriz, quien nunca fue detenida, tampoco sus hijas; pero sí algunos familiares, entre ellos, su hermano Víctor Emilio y su entonces esposo Arturo Meza Gaspar, quien también fue vinculado con el Cártel colombiano de Norte del Valle y que fue sentenciado en 2010 a 17 años de prisión.

 

Cázares Salazar dejó de aparecer públicamente y en 2009, su hijo Arturo Meza fue asesinado junto con Edgar Guzmán López, hijo de El Chapo.

 

Es el único caso que en que se acusó y sentenció a una célula de lavado de dinero del Cártel del Pacífico con operaciones en Colombia y Estados Unidos. Pero incluso esa vez no se verificaron todas las empresas ni se decretó el decomiso de todos los bienes, según se puede ver en el Registro Público de la Propiedad.

 

Peor aún, varias de las empresas siguen vigentes en Sinaloa y Jalisco, al menos en los documentos catastrales, porque nunca fueron incautadas por la PGR.

 

Pero sobre la fortuna de El Chapo, tampoco el Departamento del Tesoro es muy preciso en revelarla, porque la mayoría de los casos que ha puesto en evidencia desde 2007 a la fecha se refieren a familiares y células que trabajan con los otros dos socios del Cártel: El Mayo Zambada y Juan José Esparragoza Moreno, El Azul. De Guzmán Loera aparecen sus mujeres y sus hijos, sin especificar todas las empresas o bienes que operan.

 

Al consultar a distintas fuentes sobre la actual acusación de lavado de dinero contra El Chapo, los funcionarios reconocieron que se trata de dinero decomisado en operativos sobre propiedades, algunos bienes y ocho barcos con droga que estarían vinculados con él, de los cuales la PGR sólo se tienen asegurados dos.

 

Los bienes inmuebles que ha decomisado y que estarían vinculados con él, no sobrepasan los 10 millones de dólares, de acuerdo a las estimaciones de los investigadores.

 

La PGR no cuenta todavía con expedientes específicos por la operación de empresas para el lavado de dinero o transacciones a través del sistema financiero a favor de Guzmán Loera.

 

Es decir, al narcotraficante considerado el más poderoso de México y que ocupó en la revista Forbes el número 701, entre los más ricos del mundo, no le han encontrado los millones ni cómo lo lavaba.

 

Una red operando

 

De acuerdo con la información de la PGR y funcionarios del gobierno federal consultados, Guzmán Loera operaba con células ubicadas a lo largo del pacífico desde Chiapas hasta Sonora y Durango, también por el corredor central del territorio hasta Chihuahua y tenía algunas ramificaciones en Veracruz y la península de Yucatán.

 

A partir de la información de inteligencia que permitió la captura del capo, de los documentos e interrogatorios posteriores, aún la PGR no tiene un esquema actualizado de las ramificaciones y operaciones del Cártel de Sinaloa.

 

“En este momento no podemos asegurar quién tomó el lugar de El Chapo, es prematuro y parece que no se ha dado una sucesión rápida, pero tampoco problemática”, explicó uno de los funcionarios.

 

Las operaciones y control del cártel, de acuerdo con un reporte interno de la PGR, se ubican en por lo menos 12 estados del país, y hasta ahora en ninguno de ellos se han desmantelado la siembra o almacenamiento de drogas, tampoco de laboratorios o interceptado la llegada de los proveedores de químicos para la elaboración de los productos sintéticos, ni detenido a alguno de sus integrantes.

 

Las investigaciones tampoco han permitido la desarticulación de los socios de El Chapo en otros países ubicados en Europa, Centroamérica, Sudamérica o Estados Unidos.

 

Ni siquiera la información contenida hasta ahora en el expediente, coincidieron las fuentes, permite identificar a las personas que proporcionaban protección al círculo más cercano de colaboradores para el trasiego de drogas ni a sus proveedores.

 

“En este momento no podemos establecer la red de conexiones de El Chapo, porque sus operaciones era de forma celular, cerradas, compartimentadas, es decir la mayoría desvinculadas entre sí, con mandos regionales y que recibían órdenes a través de terceras personas, con un esquema así es muy tardado desarticular toda la red”, detalló uno de los funcionarios federales que conoce las pesquisas.

 

Bajo esta lógica, reconocieron las fuentes consultadas, el Cártel de Sinaloa mantiene “prácticamente intactas” sus operaciones de tráfico de marihuana, heroína, cocaína y sintéticas.

 

CRONOLOGÍA

 

 

– 4 de abril de 1957

Nace Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, El Chapo, en La Tuna, Badiraguato, en Sinaloa.

 

 

– Abril de 1989

Tras la captura de Héctor Félix Gallardo, para quien trabajaba Guzmán Loera, se asocia con Héctor Luis Palma Salazar, El Güero, y ambos se convierten en líderes del Cártel de Sinaloa.

 

 

– 9 de Junio de 1993

Fue por primera vez detenido. Su nombre surgió tras el asesinato del cardenal Juan Jesus Posadas Ocampo, en mayo de ese año.

 

 

– 19 de enero 2001

Las autoridades informan que Guzmán Loera se fugó del penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco.

 

 

2001 – 2014

Guzmán Loera reorganiza el Cártel de Sinaloa y también se asocia con Ismael Zambada García, El Mayo, y Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, conformando lo que primero se denominó la Federación y después el Cártel del Pacífico.

En estos 13 años las autoridades le atribuyen a El Chapo ser el artífice de una guerra en el país por el control del territorio, en diferentes momentos, contra los cárteles del Golfo, Los Zetas, los Beltrán Leyva y los Carrillo Fuentes.

 

 

13 de febrero 2014

Un comando especial de la Marina, apoyado por helicópteros artillados, en el municipio La Angostura, detienen a Mario Hidalgo Argüello y Mario López Osorio, identificados como operadores importantes del Cártel de Sinaloa; también decomisan armas y cuatro vehículos, uno de ellos blindado.

 

 

17 de febrero 2014

Desde la madrugada el grupo especial de la Marina crece y extiende sus operativos a Culiacán, en donde distintas células navales, apoyados también con los helicópteros, catean por lo menos cinco domicilios y ranchos, en los que incautan vehículos, armas, drogas y dinero. Los efectivos revisaron las alcantarillas de la ciudad.

 

Uno de los detenidos es el jefe de seguridad de El Mayo Zambada, Joel Enrique Sandoval Romero, El 19, o El Loco. También son capturados Jesús Andrés Corrales Astorga, El Bimbo; Mario Miguel Pérez Urrea, El Pitaya, y los hermanos Apolonio y Cristo Omar Sandoval Romero, El 30 y El cristo, respectivamente.

 

 

20 de febrero 2014

 

Las autoridades anuncian que fue detenido otro de los responsables de la seguridad de El Mayo Zambada, y líder del grupo Los Ántrax, Jesús Peña González, El 20. También fueron capturados César de la Cruz Vázquez y los hermanos Kevin Alonso y Karim Elías Gil Acosta. Decomisaron plátanos y pepinos rellenos de cocaína y mariguana, armas y vehículos

 

También catean la única agencia Mercedes Benz que hay en Culiacán, de donde se llevan vehículos de gran lujo en mantenimiento.

 

 

22 de febrero 2014

 

En la madrugada es detenido Guzmán Loera en unos departamentos de Mazatlán, Sinaloa, con él se encontraba su esposa y dos niñas, además de uno de sus juefes de seguridad, el ex militar Carlos Manuel Hoo Ramírez.

 

El saldo total de 9 días de operativos encabezados por la Marina y apoyados por la Policía Federal y PGR en Sinaloa fue: 13 personas detenidas; así como el aseguramiento de drogas; más de 100 armas, incluyendo dos lanzagranadas y un lanzacohetes; 43 vehículos, 19 de ellos blindados y 3 de gran lujo, 16 casas y cuatro ranchos.