La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) señaló que ante el entorno económico externo se espera que la inflación general anual aumente en forma gradual, para cerrar el año ligeramente por arriba de la meta de 3.0 por ciento.

 

De acuerdo con las minutas de la reunión de política monetaria del pasado 30 de junio, las perspectivas de crecimiento mundial fueron afectadas por la decisión del Reino Unido de salir de la Unión Europea.

 

En ese contexto, un miembro destacó que es relevante analizar la sostenibilidad de la actual estructura de la producción y del gasto en la economía mexicana, pues “de continuar como hasta ahora, ésta podría no ser sostenible”.

 

En particular, dijo que el déficit de la cuenta corriente crece desde 2006, lo cual refleja que el crecimiento del gasto ha sido mayor que el del ingreso; así, explicó, de no corregirse podría representar un problema hacia adelante. No obstante, aclaró que el déficit de cuenta corriente aún no está en niveles que puedan preocupar excesivamente.

 

En este sentido, la mayoría de los miembros de la Junta mostró preocupación por el nivel actual del déficit y que el anuncio de la Secretaría de Hacienda de un ajuste adicional en el gasto público federal fue un paso en la dirección correcta.

 

No obstante, la mayoría advirtió que dada la incertidumbre externa y el desempeño durante los últimos años de los requerimientos financieros del sector público, serían deseables acciones adicionales de consolidación en las finanzas públicas, tal como procurar un superávit primario a partir de 2017.

 

“Para mantener la viabilidad del financiamiento de la cuenta corriente y enfrentar de mejor manera el entorno internacional adverso, es necesario continuar con el ajuste macroeconómico, mantener fundamentos económicos sólidos y continuar implementando las reformas estructurales”

 

Los integrantes de la Junta de Gobierno del Banxico expusieron que en Estados Unidos, aún cuando el crecimiento económico en el segundo trimestre del año fue superior al de los dos trimestres previos, persiste la debilidad de la inversión y ante la apreciación del dólar no se observa un repunte en las exportaciones.

 

Por ello, en su decisión de junio, la Reserva Federal de ese país mantuvo su tasa de política monetaria sin cambio y en sus pronósticos anticipó una trayectoria menor y gradual de alzas en la tasa de fondos federales para este año y el próximo.

 

En este entorno, la mayoría de los miembros de la Junta precisó que se espera que los principales bancos centrales de países con economías desarrolladas continúen con posturas monetarias acomodaticias por un periodo aún más prolongado de lo previsto.

 

Derivado de lo anterior, la mayoría estimó que el balance de riesgos para la inflación en el horizonte de tiempo en el que tiene efecto la política monetaria se deterioró respecto a la decisión anterior.

 

En cuanto a los riesgos en esta dirección, alertaron que existe la posibilidad de que la depreciación de la moneda nacional exacerbe la tendencia creciente de la inflación subyacente y afecte la trayectoria de la no subyacente, lo cual podría darse mediante los precios de los energéticos.

 

De acuerdo con el documento, la mayoría de los integrantes comentó que el déficit de la cuenta corriente va en aumento, lo que pudiera propiciar presiones adicionales sobre el tipo de cambio, y a su vez, afectar el proceso de formación de precios en la economía.