A pesar de que el saldo electoral del próximo 7-J es previsible por la tendencia en las encuestas, detrás de las cifras se oculta la peor crisis de credibilidad de los partidos que conduce a una gravísima crisis de legitimidad del régimen.

 

El dato más revelador que refleja la encuesta de Consulta Mitofksy (Roy Campos) es el siguiente: el porcentaje de encuestados que no declara preferencia alguna es hasta ahora mayor al porcentaje de votos del partido que marcha en primer lugar. El 28.4% de encuestados no adelantó su voto y el PRI apenas pudo sumar 22.3% de tendencia electoral.

 

Roban urnas en Puebla

 

El dato de los que no declaran su voto indica en mayor medida al elector que no irá a las urnas; por tanto, es posible señalar que el partido que tiene la mayoría de militantes es el partido del abstencionismo.

 

La cifra de 28.4% podría crecer en tanto vaya avanzando, como bola de nieve en una pendiente, el desánimo social y aumente, por tanto, la decisión declarada de abstenerse de ir a las urnas o de anular el voto.

 

En las elecciones presidenciales de 2012 se llegó a la cifra de un millón 214 mil 154 votos anulados, 2.5% del total. Los votos nulos fueron más que los registrados por la alianza parcial en algunas plazas de PRD-PT, PRD-PC y PT-MC. La participación electoral hace tres años fue de 64%, contra una abstención de 36%. Por tanto, la abstención y los votos anulados fueron de 38.5%, más de un tercio de la población.

 

El estado de ánimo negativo de muchos sectores sociales ha comenzado a manifestarse en el llamado a no votar (abstención), votar en blanco o anular el voto, a pesar de que estas expresiones de repudio electoral benefician al PRI y afectan a la oposición.

 

Por tanto, los partidos enfrentan, en las cifras de las encuestas, una drástica caída en las preferencias generales, aunque la expectativa sea la de aumentar algunos puntos cuando los que no declararon su preferencia lo hagan por algún partido o se abstengan.

 

Pero en la llamada preferencia bruta -por partido y los que no declaran-, el PRI y el PRD enfrentan sendas caídas de su tendencia electoral en un promedio 6.6 puntos porcentuales en el 2015 en comparación con el 2012; en cambio, la peor parte la tendrá el PRD, un poco por la crisis de credibilidad en estos meses y mucho por la separación de López Obrador para fundar su propio partido: bajará 12 puntos porcentuales en tres años, aunque si se toma para el 2015 la suma de PRD y Morena, entonces esa corriente neopopulista podría tener un alza electoral de casi un punto porcentual.

 

El asunto del descrédito de los partidos lo registró la encuesta de Roy Campos en el rubro de “rechazo a partidos políticos”: 44.1% de ciudadanos rechaza al PRI, lo que revelaría que el PRI apenas sobrevive con su militancia anclada y aún ahí se perciben expresiones de rechazo. Además del PRI, los partidos más impugnados son los siguientes: PAN con 36.6%, PRD con 35.3% y Morena con 33.1. Y los que más han crecido en repudio son el PT y el Partido Verde. El partido menos rechazado es Movimiento Ciudadano con 25.8%

 

La crisis de los partidos revela la grave crisis del sistema de representación política. Y a pesar de los indicios, los partidos siguen dándole la espalda a los electores, como lo revelan las designaciones de candidatos en función de intereses de las oligarquías dirigentes.

 

Al final queda la certeza de que el Congreso es el sistema menos representativo y que la sociedad requiere de nuevas formas de canalización de sus expresiones políticas. Con un congreso sin representación social real, el régimen entrará en una zona de deslegitimación.