Pareciera que el escándalo que hay en materia de salud en Veracruz fuese el único de los problemas que tiene la entidad. La denuncia hecha por su gobernador, Miguel Ángel Yunes, sobre la supuesta aplicación de medicamentos apócrifos en quimioterapias a niños con cáncer, durante la administración del ex gobernante Javier Duarte acapara toda la atención y nos hace olvidar otros temas que aún no se resuelven en Veracruz.

 

 

De hecho, el escándalo acerca de estos medicamentos ha sido puesto en duda, pues el propio secretario de Salud, José Narro, ha insistido en que Yunes Linares o su administración entregue pruebas de sus aseveraciones, pues hasta el momento no hay ningún tipo de evidencia sobre sus declaraciones. Lo cual, aseguró esta semana el propio Narro, ha generado incertidumbre y desconfianza en la población.

 

 

Una desconfianza ganada desde la administración pasada en la que desfalcaron y dejaron casi en la quiebra al estado. Y sí, pareciera que el tema de Javier Duarte ya no es prioridad ni para Veracruz ni para el Gobierno federal. Desde hace meses conocemos que existe una sola orden de aprehensión en su contra, pero del resto, de pesquisa, denuncias, actas circunstanciadas o averiguaciones previas no se habla.

 

 

Hasta diciembre pasado era público que tanto la Fiscalía de Veracruz como la PGR tenían más de 80 denuncias en contra de Javier Duarte. Sin embargo, a la fecha sólo una se ha consignado ante un juez y ha generado una orden de aprehensión; del resto no han informado nada, quizás porque el tema Duarte ya no es de coyuntura ni está en la agenda.

 

 

Otro asunto del cual no se habla en Veracruz es el de la inseguridad, y no porque las cifras hayan bajado; la tendencia de homicidios y secuestros aumentó considerablemente durante 2016.

 

 

Reportes de inteligencia federal, a los cuales tuve acceso, señalan que en esa entidad sobresale la confrontación entre el grupo operativo de los Ántrax en contra de los Zetas. Y han advertido a las autoridades locales que existe un riesgo de conflicto entre las células del Cártel Jalisco Nueva Generación y los cuerpos policiacos estatales y municipales.

 

 

El reporte del Gobierno federal, denominado Panorama de la delincuencia organizada en Veracruz, detalla lo siguiente: “En Veracruz la pugna por el control de la plaza entre las organizaciones delictivas de los Zetas, Cártel del Noreste Z, Cártel Jalisco Nueva Generación-Pueblos Unidos Mata Zetas, Cárteles Unidos (cártel de Sinaloa unido con los Ántrax y Mando Sur Gente Nueva), Jarochos Unidos y Zetas vieja escuela cártel del Golfo han generado el incremento de homicidios dolosos, así como delitos de extorsión, privación ilegal de la libertad, robo de hidrocarburo, aunado a las diversas acciones de hostigamiento contra periodistas”.

 

 

Con este fragmento, el Gobierno federal ha advertido a la nueva administración de Yunes de lo complejo que se encuentra el estado en materia de inseguridad. Yunes prometió en campaña un proyecto conjunto para crear un corredor seguro entre Veracruz y Tamaulipas, pero parece que el tema de seguridad por ahora no figura en la agenda.

 

 

Como tampoco lo están los grandes desfalcos y problemas financieros de la entidad hechos por Javier Duarte; a la fecha no se ha informado con transparencia cómo lo piensa subsanar ni el método para hacerlo.

 

 

Veracruz tiene grandes pendientes que no debemos olvidar, pues la gubernatura es corta y están por llegar, además, los procesos electorales locales, en los cuales se requiere garantizar los comicios de 2017.

 

 

Twitter: @osdtagle