Hace unos días le comenté sobre la iniciativa de Ley Interna que el PRI presentó en la Cámara de Diputados y en la que intenta regular la actuación de las Fuerzas Armadas. En ella se propone básicamente que el ejército intervenga cuando las autoridades federales o locales se vean rebasadas en materia de seguridad.

 

Incluso en uno de los apartados, el PRI propone que los militares también deben de participar en actividades de inteligencia, siempre y cuando esté en riesgo la seguridad interna.

 

En las próximas semanas, el debate principal será el papel de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad, la regulación que deben tener y la forma en la que dentro del marco jurídico podrán actuar.

 

Pero lo cierto es que el mayor de los debates debería ser que el ejército y la Marina no sigan cubriendo las carencias de las Policías de los tres niveles de gobierno y, menos, que lo hagan sin un marco jurídico adecuado.

 

Y tal pareciera que en los textos propuestos por el PAN y el PRI, la coincidencia fuera la misma, la intervención militar cuando las Fuerzas federales y locales son rebasadas en sus funciones.

 

Hace unos días, diversas organizaciones de la sociedad civil colocaban este punto en el debate. Legislar y darles certeza de su actuación a las Fuerzas Armadas no haría nada para resolver el problema de fondo: la debilidad estructural de las instituciones de seguridad y justicia, empezando con las Policías tanto locales como federales.

 

Por ello es necesario ampliar el debate de una Ley de Seguridad Interna por una que debe establecer la diferencia entre seguridad interior, seguridad nacional y seguridad pública, y al mismo tiempo debatir y resolver una reforma policial.

 

Pensar en aprobar una ley de seguridad interna sin tener resuelto el problema de las policías en el país es dejar las cosas tal y como están, es decir, con las Fuerzas Armadas en las calles.

 

En este tema, el PAN presentó su iniciativa a través del senador Roberto Gil Zuarth, quien propone que militares y marinos sólo podrán intervenir de manera subsidiaria y temporal en funciones de seguridad interior cuando, por razones de necesidad y proporcionalidad, las instituciones y autoridades civiles competentes estén imposibilitadas materialmente para hacer frente a la situación. Es decir, cuando no funcionen sus policías.

 

En este caso, el PAN propone no llamar Fuerzas Armadas, militares o ejército a los cuerpos que permanezcan en las calles; ahora la renombra como “Fuerza Especial de Apoyo Federal”, la cual en términos de ley significara: el estado de fuerza perteneciente al Ejército, Armada y Fuerza Aérea Mexicanos, con adiestramiento y doctrina para operaciones de seguridad interior en estricto apego a los derechos humanos.

 

Y al igual que el PRI se remite a la actuación de los militares en materia de seguridad contra la delincuencia organizada, y hasta delincuencia común, y pongo un ejemplo.

 

La forma en que propone regular la actuación de los militares, el PAN la indica de la siguiente manera: en los casos en los que se contemple la participación de la Fuerza Especial de Apoyo Federal, la declaratoria de afectación a la seguridad interior se ajustará a diversas previsiones como la instalación e identificación de puestos de revisión en la vía pública para la inspección de personas y bienes y la identificación de los protocolos y directivas, a los cuales deberán ajustarse las inspecciones de personas y bienes en los puestos de revisión en la vía pública. Así que el debate es seguir teniendo a militares en puestos de revisión.

 

 

Twitter: @osdtagle