Desde hace un par de semanas, diversas organizaciones planearon una marcha de unidad, con la intención de exigir respeto en las diversas medidas y políticas tomadas por el Presidente estadunidense, Donald Trump. Al mismo tiempo, la marcha tendría como propósito exigir un gobierno firme ante el panorama internacional.

 

 

 
Organizaciones como Causa en Común y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad decidieron ampliar la convocatoria e invitar a otros grupos. En pocos días lograron sumar a más de 30 agrupaciones civiles, académicas e incluso universidades.

 

 

 
La invitación a la sociedad civil a lo que denominaron Vibra México fue y es muy sencilla, pues el mensaje fue así: “El llamado a esta marcha es de y para los ciudadanos, sin importar ideología, filiación política, preferencia sexual ni religión. Es una expresión apartidista, pacífica y respetuosa para defender los derechos de todos, exigir un buen gobierno y celebrar el orgullo de ser mexicano”.

 

 

 
Sin embargo, las cosas fueron cambiando entre los organizadores conforme pasaron los días; la gran mayoría estuvo de acuerdo en el pliego petitorio formulado por académicos y por las organizaciones convocantes.

 

 
Fue una llamada de la Presidencia de la República la que alertó a distintas organizaciones sobre la preocupación del Gobierno federal en torno a los mensajes que se darían durante la manifestación. Y ante ello, la activista vinculada a los grupos del PRI, Laura Helena Herrejón fue la primera en levantar la mano y exponer que no estaba de acuerdo en diversos puntos del pliego petitorio.

 

 

 
Herrejón expuso que la marcha no podía convertirse en una marcha antigobierno, pues se trataba de una marcha nacionalista y en contra de Trump, por lo que pidió modificar algunos de los puntos del manifiesto.

 

 
La mayoría de las organizaciones se negaron y expusieron que si bien estaban en el límite de que la marcha pudiera transformarse en una queja contra el Gobierno federal, el mensaje y los puntos no se modificarían.

 

 

 
Esa situación provocó la ruptura que vimos ayer y en la cual primero se anunció que habría dos marchas, una convocada por 60 organizaciones y una más encabezada por la señora Isabel Miranda de Wallace y Laura Helena Herrejón.

 

 

 
Tras horas de pláticas y críticas sobre lo innecesario de tener dos marchas se acordó que ambas manifestaciones tendrían un punto de encuentro; marcharían por los mismos propósitos, pero se acordó que saldrán por distintos lugares.

 

 

 
Los problemas heredados por Obama

 

 
Si bien las baterías del Gobierno mexicano están enfocadas en tratar de resolver la relación bilateral entre México y Estados Unidos, también es necesario que pongan atención al problema que nos dejó Barack Obama. La frontera norte tiene literalmente varados a cientos de cubanos y la problemática reciente con la comunidad de haitianos dejó a los estados fronterizos con albergues que no se dan abasto.

 

 
Nuevo Laredo, Tamaulipas, es una de las ciudades que ya está alertando de la grave situación que representa tener a los cubanos en la frontera. Tras la noticia del secuestro de 11 cubanos en dicha entidad, las autoridades locales han manifestado que el Gobierno federal no ha resuelto dicho tema que está por convertirse en un foco rojo.

 

 
Y no sólo por la falta de comida, habitaciones y servicios de salud, sino por el riesgo que corren estos ciudadanos cubanos de ser cooptados o secuestrados por el crimen organizado.

 

 
Al día de hoy se habla que cerca de 150 cubanos están apostados a sólo 50 pasos del puente peatonal que conecta la ciudad mexicana de Nuevo Laredo, con Laredo, Texas. Solos y sin un documento que permita saber si serán deportados a su país.

 

 

 

Twitter: @osdtagle