El anuncio hecho ayer por el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en materia migratoria nos deja ver que está por llegar y –ojalá me equivoque– la cacería de brujas del siglo XXI. Quizás el anuncio de la construcción del muro entre la frontera de México con Estados Unidos nos moleste y nos ofenda, pero en términos reales hará más daño la medida de eliminar las llamadas ciudades santuario.

 

Trump pretende implementar dicho plan en al menos 150 condados de 26 estados de la Unión Americana, que aplican la protección a los indocumentados. Para llevar esto a cabo, quiere retener los fondos federales para los estados que permiten tener este modelo de urbes; muchos gobernadores y alcaldes de esos lugares aseguran que ya están tomando medidas para no ser presionados, pero el panorama no se ve sencillo. La lucha política y jurídica será muy fuerte.

 

Es verdad que Trump pudo aumentar las deportaciones sin enfrentar a las ciudades santuario, pero sabe que al menos en ellas vive 53% de indocumentados en ese país, lo cual hace más fácil cumplir su promesa de campaña.

 

Él quiere llevar un plan de deportaciones masivas, muy similar al programa Comunidades Seguras, creado por George W. Bush y que Barack Obama canceló más tarde. Por lo expuesto ayer, el mandatario estadunidense pretende deportar en el corto plazo a dos millones de inmigrantes que tengan algún antecedente penal, y también a los extranjeros que permanecieron en territorio norteamericano y que dejaron vencer sus permisos migratorios. Con ello se trataría de aplicar la ley contra 40% de los migrantes indocumentados, cuyo total es de 11 millones de personas.

 

Es interesante saber que las medidas de Trump serán complicadas en su implementación, pues varios estados se defenderán en lo legal y en lo político para evitar recortes financieros por parte del Gobierno federal. Sin embargo, en esas ciudades se vivirá un ambiente de psicosis, miedo y los operativos de las autoridades migratorias se incrementarán.

 

Un estudio publicado por Daniel Hertz, del CTBA en Chicago, CityLab Latino muestra la probabilidad de que Trump pueda bloquear ciertos fondos de las ciudades, y explica cómo afectaría esta medida los presupuestos de las cinco ciudades santuario más importantes del país: Chicago, Nueva York, Los Ángeles, Washington DC y San Francisco.

 

El escenario legal

La Corte Suprema de Estados Unidos ha reiterado que el Gobierno federal no puede quitar fondos de las ciudades sin que se expliquen de una manera clara e “inequívoca” los motivos. En esta parte, Trump deberá contar con el apoyo del Congreso, el cual tendría que escribir nuevas reglas para estos fondos.

 

La batalla legal para retener esos fondos no será sencilla para la administración de Trump; los gobernadores y alcaldes darán batalla jurídica, pues de acuerdo al estudio representan 20% de los presupuestos de muchas ciudades.

 

Mientras, habrá que permanecer atentos a que empresarios, restauranteros y ciudadanos estadunidenses de esas ciudades santuario continúen con la práctica de no denunciar a los migrantes o cuestionarlos al darles trabajo sobre su situación migratoria. Habrá que ver si sus policías siguen sin preguntar a la gente acerca de su situación si se niegan a cooperar con agentes federales.

 

De darse las deportaciones masivas en México, habrá que estar preparados para evitar que paguen los costos los gobiernos municipales a donde lleguen, pues tendrán que ofrecer medidas especiales que podrían sobrepasarlos.

 

(@osdtagle)