Integrado por cerca de dos mil imágenes que dan cuenta de la vida cotidiana y privada de la sociedad decimonónica del siglo XIX, el Fondo Fotográfico Pérez Salazar fue digitalizado por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para que pueda ser consultado.

 

Considerada una de las más importantes colecciones que resguarda la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (BNAH) -www.bnah.inah.gob.mx-, ésta incluye desde fotografías de Maximiliano y el Segundo Imperio hasta el porfiriato, mostranda la esencia de la sociedad mexicana de la época (1860-1900).

 

Las imágenes, de 10 por 7.5 centímetros, fueron coleccionadas por Francisco Pérez Salazar y muestran retratos de personajes liberales, conservadores, intelectuales, miembros de la Iglesia, damas, niños, tipos populares mexicanos y trabajadores de diversos oficios, así como un pequeño apartado sobre arquitectura y pintura.

 

La historiadora Sonia Arlett Pérez encabezó el equipo, integrado por el historiador Fernando Sansores y la etnohistoriadora Susana García Vega, que catalogó el acervo, adquirido por el INAH en 1982, y ahora digitalizado por el ingeniero Miguel Gasca.

 

El fondo, detalló, tiene como principal característica su formato carte de visite o tarjeta de visita (de origen francés) que se popularizó en México a la llegada de Maximiliano de Habsburgo y Carlota.

 

Se trata de una fotografía montada sobre una pieza de cartulina rígida, que tenía el tamaño de una tarjeta de presentación de la época, la cual era elaborada a partir de un negativo de colodión húmedo impreso en papel de albúmina y recortada individualmente para ajustar su formato.

 

La colección fue organizada por Pérez Salazar en periodos históricos y contiene a personajes de la Revolución de Ayutla, de la Guerra de Reforma, el Segundo Imperio, los gobiernos de Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejeda y Porfirio Díaz, entre otros.

 

Según la investigadora, el orden que le dio Pérez Salazar a la colección habla de sus aficiones y de sus pasiones, denotando gran interés por la vida política del momento, así como por la representación visual de la sociedad del siglo XIX, época en la que él nace, y pese a que vivió las primeras décadas del México moderno, evocaba el pasado.

 

Para el coleccionista poblano, añadió, las fotografías fueron una fuente de información científica y de conocimiento histórico, visto a través de la mirada de alrededor de 40 fotógrafos nacionales y extranjeros, entre ellos François Aubert, Cruces y Campa, Adolphe Eugéne Disdéri, Valleto y Compañía, Octaviano de la Mora, Manuel Rizo y Lorenzo Becerril.

 

Sobre la digitalización, que requirió tres meses, Sonia Arlette Pérez mencionó que cada una de las mil 972 fotos originales se reprodujeron tal cual, sin modificaciones ni ediciones, con la intención de que el usuario pueda apreciar cada uno de sus detalles; además cuentan con una ficha explicativa, resultado de una compleja investigación.

 

“Con esta tarea, se cumple uno de los objetivos fundamental de la BNAH, que es contribuir a la investigación con la actualización de sus acervos, mediante su inventario, catalogación y digitalización, para ponerlos al servicio de quien lo requiera”, puntualizó.

 

Arturo Aguilar Ochoa, doctor en Historia del arte por la UNAM y especialista en litografía y fotografía del siglo XIX, consideró que el acervo destaca por la cantidad de imágenes que de ese periodo contiene, además de estar resguardado por una institución pública como la BNAH.

 

También ponderó la labor de la tarjeta de visita como un elemento de la fotografía que ayudó a la consolidación de la supuesta nobleza mexicana, dio a conocer a los nuevos gobernantes, sus rostros y sus costumbres, y resaltó el esplendor de su linaje, cuya fugacidad quedó inmortalizada en imágenes.

 

En la colección se aprecian retratos de Maximiliano de Habsburgo, muchos de los cuales fueron tomados por el francés François Aubert —a pesar de que Julio María y Campos era el fotógrafo oficial de la corte—, quien experimentó con dibujos y recreó las escenas finales del Imperio, como la ejecución en el Cerro de las Campanas.

 

En la colección sólo hay dos imágenes de Benito Juárez, lo que revela, de alguna manera, la cierta simpatía que Pérez Salazar tenía por el Imperio y por la Iglesia católica, ya que también abundan fotografías de religiosos.

 

Por su parte, la representación femenina en las tarjetas de visita denota una visón fina y delicada, aún influida por la Iglesia, en tanto que la de la niñez siempre aparecen acompañadas por un toque de inocencia.

 

También quedaron registrados los retratos de los funcionarios que ofrecieron el gobierno de México a Maximiliano, como José María Gutiérrez de Estrada, Juan Nepomuceno Almonte, José Manuel Hidalgo y Esnaurrízar. Asimismo, hay una interesante fotografía de grupo con todos los funcionarios que pusieron a disposición el trono y formaron parte de la diputación mexicana.

 

El acervo fotográfico de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia se integró en 1989, actualmente cuenta con más de 70 mil imágenes que muestran una gran diversidad de formatos y técnicas utilizadas durante la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del XX.

 

 

aarl