Gráfico: Allan Ramírez

El domingo pasado el presidente Enrique Peña Nieto presentó su propuesta de reforma hacendaria desde la residencia oficial de Los Pinos. En ella plantea, entre otras cosas, un Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) de un peso por litro a las bebidas saborizadas que contengan azúcares añadidas.

 

Esto para fortalecer la estrategia nacional contra la obesidad, que lanzó la Secretaría de Salud en abril pasado, y fomentar la prevención de la diabetes. Los refrescos son los únicos productos dentro del rubro de alimentos y bebidas que se encuentran gravados con un Impuesto al Valor Agregado (IVA) de 16%.

 

Pero, teniendo en cuenta que las bebidas saborizadas y azucaradas traen consigo más perjuicios que beneficios, ¿es justo el impuesto de un peso por litro o el gobierno se quedó corto ante las refresqueras y empresas trasnacionales? Aquí varios datos que por sí solos demuestran que las bebidas aparentemente sanas no son ni por tantito lo que los mensajes publicitarios nos dicen, por lo que bien pudieron haber recibido un impuesto mayor.

 

Por ejemplo el té en lata de la marca Arizona, en su presentación de 680 mililitros, que en México es comercializado por Jumex, contiene cerca de 15.5 cucharadas de azúcar, que equivalen a 78 gramos, cantidad que sobrepasa hasta por 313% el límite de ingesta establecido por la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés), que es de 5 a 7 cucharadas por día.

 

De acuerdo con la nutrióloga Xaviera Cabada, coordinadora de Salud Alimentaria de la asociación civil El Poder del Consumidor, esa misma cantidad de azúcar que contiene el Arizona sabor kiwi- fresa, equivaldría a más del 500% de la ingesta máxima tolerada para un niño de acuerdo con la AHA, que debe ser de no más de 3 cucharadas cafeteras.

 

“Es importante mencionar que cuando el azúcar es consumida a través de una bebida, más que (en) un alimento, el impacto metabólico es mucho mayor. El cuerpo no registra saciedad, por lo cual se puede seguir ingiriendo el producto sin sentir mayor saciedad; sin embargo, las cantidades de azúcar que se están ingiriendo son muy altas”, menciona la nutrióloga en una de sus radiografías sobre productos nocivos que publica en su portal El Poder del Consumidor.

 

Por los datos anteriores, dice Cabada, el Arizona en cualquiera de sus sabores y presentaciones es un producto no recomendado por sus altos contenidos se azúcar, ante lo cual ofrece la alternativa de preparar té natural con agua al cual difícilmente se le agregarían 15.5 cucharadas de azúcar.

 

Otra bebida ‘peligrosa’ es el Fuze Tea de Coca Cola, cuya presentación de té negro con jugo de durazno de 600 mililitros contiene 15 cucharadas cafeteras de azúcar que equivalen a 75 gramos, cantidad que según la AHA sobrepasa del 214 al 300% el máximo permitido para adultos y del 375 al 500% en niños.

 

Evidentemente su consumo habitual tampoco es recomendable y la opción es preparar té negro con agua natural de durazno, al cual se le puede añadir un poco de azúcar o miel.

 

Se debe “estar alerta a los productos que se anuncian como saludables, ya que son más peligrosos dado que creemos que estamos consumiendo algo saludable y resulta que en realidad no lo es, sólo son engaños publicitarios”, advierte.

 

Piden impuesto mayor

 

De hecho el Poder del Consumidor, que pertenece a la Alianza por la Salud Alimentaria, reconoció que el gobierno federal incluyera en su propuesta de reforma fiscal un impuesto a las bebidas azucaradas, pero consideraron que un peso es muy poco y se debe duplicar.

 

“Para que el impuesto realmente sea efectivo y se logre un decrecimiento en el consumo y que esto se vea reflejado en disminución de problemas de obesidad, sobrepeso y enfermedades como la diabetes, es necesario que el impuesto al refresco y las bebidas azucaradas sea no de uno, sino de 2 pesos por litro”, demandaron en días pasados.

 

Asimismo consideraron que el impuesto debe ser una de varias medidas que se deben adoptar para reducir el consumo de refrescos y bebidas azucaradas.

 

“Actualmente, 7 de cada 10 adultos y 1 de cada 3 niños, niñas y adolescentes en nuestro país ya presentan sobrepeso u obesidad, incrementando su riesgo de padecer diabetes y otras enfermedades crónicas”, sostuvo Katia García, nutrióloga e investigadora de la organización El Poder del Consumidor.

 

Por su parte Anabel Velasco Bernal, investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), señaló que el aumento de impuestos a las bebidas azucaradas debe acompañarse de la garantía de acceso al agua potable a toda la población, así como el etiquetado de alimentos y una comunicación educativa.

 

Luis Encarnación, de la Fundación Mídete, exhortó a los legisladores federales a no dejarse presionar por la industria durante la discusión de estas reformas y aprobar este impuesto, cuyo objetivo, dijo, es proteger el derecho a la salud y a la alimentación sana de los mexicanos.

 

“Esta medida no está aislada, no es una medida que sola que vaya a solucionar el problema de la obesidad, sino que va a estar acompañada de otras medidas, como regulaciones en el etiquetado, en la publicidad, en el acceso a agua potable en las escuelas y espacios públicos, en campañas y educación nutricional que beneficien a la población”, concluyó.

 

One reply on “¿Impuesto a bebidas azucaradas? (+infografía)”

Comments are closed.