La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) apeló a la responsabilidad para tomar en cuenta a los católicos y cristianos en el diseño de las políticas públicas en temas trascendentes como el matrimonio y familia.

 

En un comunicado, en relación al matrimonio igualitario, la Comisión Episcopal para la Familia, Juventud, Adolescentes, Laicos y Vida también convocó a los feligreses a que desde el amor, sean firmes y exigentes en el respeto a su fe y visión cristiana católica sobre estos temas.

 

“Padres de familia, vigilen para que en las instituciones del Estado, escuelas, hospitales y centros de salud, cámaras legislativas, instituciones de justicia, medios de comunicación masiva, se respete nuestro derecho a creer, proclamar y vivir nuestra propia visión”, exhorta.

 

El documento firmado por el presidente de la Comisión, Rodrigo Aguilar Martínez reitera la defensa de la “visión” de la Iglesia sobre que el carácter sagrado del matrimonio entre un hombre y una mujer, así como de los hijos como un don y no como un derecho.

 

“Los creyentes son también ciudadanos, que no pueden seguir como espectadores contemplando la decadencia de una sociedad sin rumbo, sino al contrario promoviendo una cultura que reflejen en las leyes el respeto a la visión y cultura propia de nuestra nación”, sostiene.

 

Refiere los diferentes sínodos y documentos convocados y encabezados por el Papa Francisco, como una confirmación de la visión de la Iglesia ante el mundo contemporáneo sobre la familia, el matrimonio y la defensa de la vida, así como la custodia que está confiada a la Iglesia a esos dones.

 

“La Iglesia reitera la belleza de la sexualidad en el amor. Proclama con gozo que Dios ha creado al hombre como varón y mujer, y los ha bendecido para que formasen una sola carne y transmitieran la vida. Su diferencia sexual, en la igual dignidad personal, es el signo de la bondad de la creación de Dios”, recalca.

 

Más aún, afirma que con “base a esta visión bíblica, alma y cuerpo, como también el sexo biológico y el rol social-cultural del sexo, se pueden distinguir pero nunca separar”.

 

El obispo de Tehuacán y los otros cinco integrantes de la Comisión exhortaron al creyente “a demostrar su vocación de discípulos misioneros de Jesucristo, a ser y hacer de la familia, según el proyecto de Dios, una iglesia doméstica, un sujeto evangelizador

 

Es decir –precisa- a que ”proclame y defienda con alegría y convicción en todo momento, ocasión y lugar la verdad sobre el hombre, varón y mujer (lo humano íntegro), sobre el matrimonio, la familia y la vida así como comprender al hijo como un don y no un derecho, necesitado de un padre y una madre”.