El control de la Sección 22 sobre la educación en Oaxaca no es nuevo, se remonta hasta 1992, en el marco de la descentralización de la educación básica impulsada por la entonces lideresa Elba Esther Gordillo.
Este control, que permite al ala disidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) designar a los directivos de las áreas más importantes, sumado a la insuficiencia de los recursos federales, que ha generado un déficit en las finanzas mantiene a la educación del estado en una situación de crisis.
Nemesio Arturo Ibáñez Ramírez, coordinador general de Administración y Finanzas del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), explicó que la sección sindical administra la educación estatal ya que controla la concesión, promoción, ubicación y movimiento de las plazas.
También decide sobre los modelos educativos implementados por el gobierno federal, como Escuelas de Calidad, Escuelas de Tiempo Completo y Asesor de Técnico Pedagógico, mismos que ha rechazado, lo que se ha traducido en menores ingresos para el IEEPO.
En un texto publicado en el estudio (Mal) Gasto de la organización Mexicanos Primero, el funcionario describe la compleja relación con la Sección 22 y los problemas económicos que genera la doble negociación salarial con el estado.
Hasta hoy, la afectación al presupuesto en lo que va de la administración estatal asciende a dos mil 100 millones de pesos, que el gobierno cubre con cargo a su déficit.
Aunado a esto, Oaxaca dejó de recibir recursos a través del Fondo de Aportaciones para la Educación Básica y Normal (FAEB), la única fuente de ingresos para la educación en la entidad.
Ibáñez Ramírez admitió que los planteles funcionan con las aportaciones económicas de los padres de familia y la comunidad, pues la autoridad no tiene recursos económicos suficientes para asignarles un presupuesto para que operen, y mucho menos para mejorar la infraestructura o dotarlos del equipo y material necesario.
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