AUSTIN. Un hombre que intentó incendiar el consulado de México en Austin e hizo más de 100 disparos contra varios edificios del centro está muerto y fue identificado, según la policía.

 

Larry McQuilliams, de 49 años, fue responsable del tiroteo ocurrido a primeras horas de viernes, afirmó la policía.

 

McQuilliams murió después de una confrontación con agentes afuera de la sede de la policía. Los investigadores intentan determinar si el hombre fue aniquilado por la policía o si se quitó la vida.

 

Según la policía, McQuilliams efectuó más de 100 disparos e intentó incendiar el consulado mexicano alrededor de las 2:30 de la mañana.

 

El individuo tenía antecedentes penales, dijo la policía sin abundar en el asunto.

 

Los agentes recibieron múltiples avisos de disparos, aunque todo el incidente duró unos 10 minutos.

 

Los investigadores trataban de determinar los motivos del hombre después de que comenzó a disparar contra el consulado, la jefatura de policía de Austin, el palacio federal de justicia y otros edificios.

 

Algunos de los edificios están cerca de la conocida zona de ocio de la calle Sexta, donde los bares cierran a las 2 am, aproximadamente al mismo tiempo que comenzaron los disparos el viernes.

 

El jefe de policía Art Acevedo precisó que miles de personas están normalmente en la calle en ese momento.

 

“Se dispararon muchas, muchas balas en el centro de Austin”, dijo Acevedo. “Con toda la gente que había en las calles, fuimos muy afortunados. Doy gracias que nadie más que el sospechoso haya sido herido o haya muerto”. Los disparos obligaron a cerrar un tramo de la ruta Interestatal 35 durante varias horas de la madrugada.

 

Acevedo dijo que un sargento, que sostenía las riendas de dos caballos de la policía, hizo disparos contra el hombre armado a las afueras de la entrada principal de la sede policial.

 

Los policías se acercaron al hombre después de que le dispararon, pero notaron cilindros en su vehículo, que estaba estacionado cerca, y descubrieron que él vestía un chaleco que pensaban que podría explotar. Los agentes se retiraron y fue llamado un escuadrón antibombas. Más tarde se determinó que los artículos no eran explosivos.

 

“Cada vez que nos topamos con cilindros como estos con alguien atacando edificios del gobierno, hay que temer artefactos explosivos”, dijo Acevedo al describir la precaución de sus hombres.

 

La furgoneta blanca del sospechoso aún estaba en la calle fuera de la sede de la policía varias horas después del tiroteo, con todas sus puertas, el maletero y el capó abiertos mientras los investigadores lo inspeccionaban.

 

El fuego en el consulado fue extinguido antes de que pudiese ocasionar algún daño significativo. El palacio de justicia federal y la sede de la policía mostraban varios impactos de bala, causando “daños considerables” dijo Acevedo.

 

La mansión del gobernador está a pocas cuadras de la estación de policía. No se sabía si el gobernador Rick Perry estaba allí en ese momento. El personal de Perry no respondió de inmediato a los mensajes telefónicos y de correo electrónico en busca de declaraciones.

 

GH