Human Rights Watch (HRW) interpuso una demanda contra la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) por haber operado un programa masivo de espionaje telefónico en países extranjeros, informó la organización.

 

“En Human Rights Watch trabajamos con personas que a veces se encuentran en situaciones de vida o muerte, en las cuales hablar abiertamente puede provocar que sean objeto de ataques. Con quiénes nos comunicamos y cuándo lo hacemos suelen ser datos sumamente sensibles, y constituyen información que no compartiríamos con el gobierno”, explicó Dinah PoKempner, asesora legal de HRW.

 

En la demanda, HRW dice que pese a que el programa se suspendió oficialmente en 2013, debe de garantizarse de que no se reinicie y que todos los registros de la organización obtenidos ilegalmente sean eliminados de todos los sistemas gubernamentales.

 

En enero pasado, la DEA hizo público su programa de vigilancia masiva luego de un mandato judicial federal de Estados Unidos se lo ordenara. En el informe la DEA admite que junto a otras agencias gubernamentales recopiló datos sobre los números a los cuales llaman las personas, la hora, fecha y duración de tales llamadas.

 

Versiones periodísticas señalan que esta recopilación de datos sirvió para espirar las llamadas en 100 países desde 1990. Según HRW la información se compartió con otras instancias como el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional sin que necesariamente fuera de investigaciones sobre narcotráfico.

 

“El programa de la DEA es otro ejemplo más de organismos federales que se han extralimitado en sus facultades de vigilancia de manera secreta. Pretendemos que un tribunal obligue a la DEA a destruir los registros que obtuvo ilegalmente y declare, de una vez por todas, que la recolección masiva de registros de estadounidenses es inconstitucional”, dijo Mark Rumold, abogado interno de Electronic Frontier Foundation, firma que representa a HRW.