El enfoque militar adoptado para luchar contra el narcotráfico en México ha causado un retroceso de los derechos humanosen este país, denunció hoy el director ejecutivo de Human Rights Watch (HRW), Kenneth Roth, en declaraciones a EFE.

 

“Animado por EU, el gobierno de México se ha embarcado en una guerra contra los carteles con un enfoque de seguridad contraproducente”, opinó Roth, tras la presentación en un hotel de Beirut del informe anual de su organización.

 

A su juicio, “México está tan enfocado en emplear una aproximación militar contra los carteles que se ha creado un clima de impunidad y de falta de rendición de cuentas entre las fuerzas del orden”.

 

Puso como ejemplo el caso de la desaparición forzosa de 43 estudiantes en septiembre pasado en Iguala, en el estado de Guerrero, que ha desencadenado protestas en todo el país para exigir a las autoridades que averigüen su paradero y combatan la corrupción.

 

Aun así, según HRW, el Ejecutivo mexicano ha hecho pocos progresos a la hora de llevar ante la Justicia los casos de asesinatos, desapariciones forzosas y torturas cometidas por soldados y policías en el marco del combate al crimen organizado.

 

Roth también se refirió al panorama de los derechos humanos en Venezuela, donde, a su juicio, la situación no ha cambiado con el presidente Nicolás Maduro, sucesor de Hugo Chávez (1999-2013).

 

“La situación de los derechos humanos sigue deteriorándose a medida que la economía se sigue hundiendo”, destacó el responsable de HRW.

 

Roth censuró que el Gobierno de Maduro está reprimiendo las manifestaciones y deteniendo a líderes opositores.

 

“Lamentablemente, nada indica que la situación vaya a cambiar en Venezuela”, consideró.

 

En el informe, HRW denuncia el uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad contra manifestantes pacíficos, así como las detenciones arbitrarias y las torturas en las cárceles.

 

La organización destaca que bajo el mandato de Chávez y ahora bajo el de Maduro la acumulación de poder por parte del Gobierno y la erosión de los garantes de los derechos humanos permiten a aquel intimidar y ejercer la censura contra sus críticos.

 

Respecto a Cuba, Roth valoró el restablecimiento de las relaciones entre este país y EU y el posible levantamiento del embargo estadounidense a la isla.

 

En su opinión, el más de medio siglo de embargo “no ha hecho nada para mejorar la situación de los derechos humanos” y supone la imposición de penurias al pueblo cubano.

 

Destacó que, hasta ahora, los Gobiernos latinoamericanos han defendido a las autoridades cubanas frente al embargo estadounidense haciendo caso omiso de las violaciones de los derechos humanos de los disidentes cometidas en la isla.

 

“Una vez que se levante el embargo, los Ejecutivos latinoamericanos deben dejar de apoyar al Gobierno cubano para apoyar al pueblo de Cuba”, reflexionó.

 

En su informe, HRW subraya que el Ejecutivo de La Habana sigue reprimiendo a los individuos y grupos que lo critican o que exigen los derechoshumanos básicos, pese a que en los últimos años las autoridades han disminuido las penas largas de prisión para los disidentes y han relajado las restricciones para viajar.

 

La ONG denuncia que los funcionarios todavía usan una serie de tácticas para castigar a los opositores y atemorizar a la opinión pública, como despidos, amenazas de penas largas de prisión y palizas.

 

 

DEC