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En 10 meses en diez estados han sido encontrados en fosas clandestinas los restos de casi 190 personas asesinadas, muchas de ellas con extrema violencia. La mayoría de ellos permanece en una morgue, sin nombre ni apellido, y sin que el homicidio sea esclarecido.

 

La situación se equipara a los hallazgos de decenas de cuerpos enterrados ilegalmente en Tamaulipas y Durango durante el gobierno pasado, y que evidencia pocas diferencias en el alto nivel de la violencia en México, más allá del discurso oficial, según organismos especializados en análisis criminales.

 

Esta vez son Jalisco, Guerrero y Morelos en mayor proporción, pero también Michoacán, Estado de México, Sonora, Nuevo León, Baja California, Chihuahua y San Luis Potosí.

 

Y aunque los registros de desaparecidos se cuentan por miles en el país, las autoridades no han podido corroborar en la mayoría de los hallazgos si hay correspondencia, esto ante la falta de bases de datos sólidas.

 

Incluso, es escasa la información oficial respecto a las características de las muertes y datos generales sobre sexo o edades de las víctimas.

 

En los hallazgos de años anteriores, las víctimas eran personas vinculadas con el crimen organizado, pero también había gente inocente, como migrantes, tal es el caso de San Fernando, Tamaulipas.

 

La Procuraduría General de la República (PGR) comenzó apenas en noviembre, tras el hallazgo de las fosas en La Barca, Jalisco, la ceación de un banco de perfiles genéticos conformado por una muestra de ADN de una persona con un familiar desaparecido, acompañado de su información general.

 

Esto fue posible luego que familiares de desaparecidos se acercaron a las delegaciones estatales de la PGR en las últimas semanas, para investigar si alguna de las personas encontradas en las fosas pudiera corresponder con su caso.

 

Ayer, autoridades federales indicaron que se han elaborado cerca de 400 perfiles genéticos de desaparecidos, que serán comparados por procedimiento con cada nuevo hallazgo en las fosas.

 

Ex militares

 

 

Autoridades federales informaron que fueron identificados seis de los 64 cuerpos encontrados en las fosas clandestinas en la localidad de La Barca, de los cuales al menos dos son de ex integrantes del Ejército Mexicano. Fueron reconocidos por las huellas dactilares.

 

La PGR inició el cruce de datos con la Secretaría de la Defensa Nacional para verificar si los militares estaban reportados como desaparecidos, si habían sido dados de baja, o cuál era su estatus. No se informaron nombres ni rasgos. Las otras personas fueron identificadas también por huellas, ya que contarían con antecedentes penales.

 

De acuerdo con funcionarios consultados, hay signos de violencia extrema en algunos casos. Por ejemplo, hay algunos cuerpos que fueron desollados en algunas extremidades.

 

Imposible ocultar violencia: Insight Crime

 

La aparición de decenas de personas asesinadas y enterradas ilegalmente en los últimos meses en México, evidencia que la violencia sigue operando, pese a los intentos de la administración de Enrique Peña Nieto por no enfatizar en el discurso al crimen, sentencia un nuevo análisis de Insight Crime.

 

“La policía ha estado desenterrando decenas de cadáveres de fosas comunes clandestinas en todo México occidental y meridional; víctimas de las guerras de mafiosos que el gobierno regularmente resta importancia y que la prensa amordazada ignora con miedo”, señala la organización internacional.

 

Se trata, dice el análisis, de una continuación criminal que viene del sexenio anterior y no ha sido remediada. Recordó que en el 2011 fueron encontrados cerca de 300 cuerpos en fosas de Durango, y otros 200 en Tamaulipas. Un año antes se habían ubicado 54 cuerpos en un depósito de chatarra en Nuevo León.

 

Estado por estado

 

El 23 de agosto en Tlalmanalco, Estado de México, fueron localizados 13 cuerpos cerca de un rancho, dentro de una fosa clandestina sellada con una placa de concreto.

 

A diferencia de otros casos, en este se pudo identificar que eran los jóvenes que fueron secuestrados en el Bar Heaven del DF, gracias a que se habían recabado datos periciales de los familiares.

 

Entre el 15 y 17 de noviembre, en un lapso de 48 horas, fueron rescatados 13 cuerpos en fosas clandestinas localizadas cerca de un vivero en la localidad de El Salto, Guerrero, cerca de Acapulco. Ninguno de ellos ha sido identificado hasta ahora. En la entidad también se encontraron entierros ilegales en los municipios de Tecoapa, Acapulco, Atoyac y Taxco.

 

Unos días después se realizó el hallazgo de múltiples fosas ubicadas en el municipio de La Barca, Jalisco, cerca de la colindancia con Michoacán, en el marco de una investigación por la desaparición de dos agentes federales. En total se encontraron 64 cuerpos, de los cuales, según las autoridades, sólo han sido identificados seis.

 

El 2 de diciembre, la Fiscalía de Jalisco descubrió una nueva fosa clandestina en Zapopan, en la que fueron encontrados 17 cuerpos de personas, supuestamente asesinadas por el Cártel de Jalisco Nueva Generación. La identidad de las víctimas no se ha confirmado. Y el 5 de diciembre una en Palo Alto.

 

La semana pasada peritos de la PGR ubicaron una fosa ilegal en la localidad de Tezoyuca, municipio de Emiliano Zapata, en Morelos, en donde habían sido rescatados, hasta ayer 12 cuerpos, mientras que autoridades locales reportaron 6 cuerpos más en varias fosas en el municipio de Amacuzac.

 

Ayer se encontraron tres cuerpos en entierros clandestinos en el municipio de Apatzingán. La Procuraduría General de Justicia del Estado informó que hasta el momento se desconoce la identidad de las personas.

 

El resto de los casos corresponden a siete cuerpos en La Paz, Baja California, donde nunca antes habían hallado; 6 en Rosales, Chihuahua, 5 en San Luis Potosí, 8 en Navojoa, Sonora, y 7 en Monterrey, Nuevo León.

 

Dato

 

Más de mil cuerpos fueron encontrados en fosas clandestinas durante el sexenio de Felipe Calderón, en 26 estados del país