BOGOTÁ. Un equipo científico liderado por el geólogo Hermann Bermúdez encontró en la isla colombiana de Gorgonilla, en el Pacífico, fragmentos del meteorito que hace unos 66 millones de años provocó la extinción de los dinosaurios, informaron hoy fuentes de esa investigación.

 

“Son evidencias del choque del meteorito, unas partículas milimétricas que son el resultado de cuando chocó el meteorito”, señaló Bermúdez a Efe.

 

Esos restos, denominados esferulitas, tienen parte del material de la plataforma continental de lo que hoy es la Península de Yucatán que se fundieron con fragmentos del meteorito.

 

Estas esferulitas tienen dos centímetros de espesor y aspecto similar al de unas canicas, porque son de vidrio.

 

En el microscopio pueden apreciarse unos pequeños cristales que son del meteorito y que muestran la composición de lo que era.

 

Al impactar con la superficie del planeta, originó un cráter de 200 kilómetros de diámetro, el Chicxulub, que está en la Península de Yucatán.

 

El choque ocasionó tsunamis y una catástrofe ambiental que produjo la extinción masiva de especies y el fin de la era de los dinosaurios.

 

Según detalló Bermúdez, “el hallazgo es único” porque grandes expertos mundiales que colaboraron con él y que “conocen todas las localidades del mundo donde hay evidencia del impacto” aseveraron que “nunca habían visto una preservación como esta”.

 

Todavía no tienen claro por qué los fragmentos están tan bien conservados, pero sospechan que se debe a que Gorgonilla “estaba muy profundo en el mar” y solo millones de años después emergió a la superficie.

 

“En otros sitios los materiales estuvieron muy cerca de la superficie desde hace millones de años”, destacó.

 

Este es también el primero de los fragmentos que se han descubierto en Suramérica, ya que hasta el momento solo se habían hallado secciones del meteorito en el centro y norte del continente.

 

Eso permitirá, además de conocer mejor de qué estaba formado el meteorito, saber más de lo que sucedía en la región hace 66 millones de años.

 

Bermúdez señaló que se puso tras la pista de estos restos cuando una compañera le habló de unas muestras que habían encontrado en la isla.

 

En 2004, el investigador estuvo estudiando acerca del meteorito en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y se dio cuenta de que eran muy similares a los de Gorgonilla.

 

Fue entonces cuando comenzó a trabajar en un proyecto para ir a la isla y “con esfuerzo privado, porque no hay apoyo a la investigación” en Colombia, consiguió formar una expedición.

 

Finalmente, el año pasado pudo regresar a Gorgonilla en octubre y hacer nuevos análisis en una segunda fase que fue posible de nuevo “más por apoyo internacional”.

 

“Sería muy bueno que gente como la que esta en (el Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación) Colciencias, por ejemplo, le diera un apoyo más grande a la investigación en Colombia”, aseguró Bermúdez.

 

Sin embargo, agregó con resignación que “ni siquiera” buscaron apoyo “porque se pierde en la burocracia” y subrayó que no guarda “mucha expectativa del asunto”.

 

Pese a la falta de financiación, el científico espera continuar trabajando para, con base en los restos hallados en Gorgonilla, demostrar que cuando cayó el meteorito hubo un “megaterremoto de magnitud 13 (en la escala de Richter) que sacudió el hemisferio occidental”.

 

A esa conclusión ha llegado al basarse “en las observaciones de los afloramientos de los cuerpos de roca que hay en Gorgonilla” y que se aprecia que “debajo del depósito donde está la secuencia de roca que está muy deformada”.

 

“Queremos enlazar esto con otros vectores de México y el sur de Estados Unidos para plasmar la presencia de este terremoto con evidencias de Gorgonilla, donde esta muy bien preservado”, concluyó.