En un país como México, en donde existe todavía un grado alto de carencias en gran parte de la población, parece muy importante lograr esquemas de desarrollo que puedan impulsar la generación de ingresos y acumulación de patrimonio por parte de la gente. Así, es de vital importancia que las personas puedan convertirse en agentes de su propio desarrollo y participar de forma productiva en el crecimiento de la economía y por ende, del país.

 

Una forma de fomentar la posibilidad de que la gente participe de manera activa en estos procesos es a través de la procuración de una cultura emprendedora y la generación de negocios. Pero… ¿Qué sucede si no existe un ambiente institucional favorable para hacerlo y las barreras para la entrada en este sector son muy altas?

 

Haciendo negocios en un mundo más transparente es la novena publicación anual conjunta del Banco de México y la Corporación Financiera Internacional y forma parte del proyecto Doing Business para el año 2012. Dicho proyecto proporciona una medición objetiva de las regulaciones para hacer negocios y su aplicación en 183 economías, y presenta indicadores cuantitativos sobre la regulación empresarial y la protección de los derechos de propiedad.

 

El análisis se realiza en once fases de la vida empresarial dentro de las cuales se incluyen: apertura de una empresa, manejo de permisos de construcción, obtención de crédito, protección de inversores, pago de impuestos, cumplimiento de contratos y empleo de trabajadores. Doing Business trabaja bajo la premisa de que mientras existan normas adecuadas, transparentes y accesibles para todos por igual, el talento y las buenas ideas encontrarán un camino adecuado y se transformarán en empresas que puedan operar en el mercado formal.

 

Dentro de los hallazgos más importantes del reporte está el hecho de que, sí bien existe una tendencia favorable hacía la implementación de reformas en pro de la creación de negocios, hay una diferencia significativa en los obstáculos que enfrentan los emprendedores en países en desarrollo.

 

Dentro de los mayores retos que condicionan el logro de la población en estos países se encuentra el hallar personal cualificado, resolver problemas derivados de la falta de infraestructura adecuada, regulaciones excesivamente gravosas e instituciones ineficientes que no promueven la creación y la expansión de las empresas y que suponen a su vez, procedimientos más costosos y burocráticos.

 

Así, es en las economías de alto ingreso de la OCDE en donde existe el entorno más favorable y en donde se hace evidente la relación entre la fortaleza de las instituciones y la protección de los derechos de propiedad, así como la complejidad y el costo de procesos regulatorios. Dentro de los países con la regulación empresarial más favorable se encuentran Singapur, Nueva Zelanda, Estado Unidos, Dinamarca, República de Corea, Arabia Saudita, Tailandia, Malasia, Alemania y Japón.

 

La diferencia en el desempeño de las distintas economías demuestra que queda mucho por hacer en este sentido. Aún cuando existe un avance real de las economías en desarrollo para alcanzar a las economías que han logrado consolidar las reformas necesarias hacia una regulación empresarial favorable, es de extrema importancia que estos países, incluido México, pongan más atención a la importancia de la regulación empresarial y logren librar las presiones políticas que impiden que se concreten las reformas necesarias. Mismas que deben de enmarcarse en un modelo de igualdad de oportunidades y una estrategia integral de competitividad, antes de que estas deficiencias sigan teniendo implicaciones negativas en la economía como son la informalidad, la corrupción, la falta de empleo y el bajo crecimiento económico.

 

 

* Licenciada en Economía egresada de la Universidad Iberoamericana. Encargada de la coordinación general de proyectos en Contorno, Centro de Prospectiva y Debate. jespinosa@contorno.org.mx

 

 

 

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