Los candidatos a la dirigencia del Partido Acción Nacional (PAN) convirtieron su primer debate en una guerra de acusaciones y descalificaciones.

 

Ricardo Anaya, identificado como el candidato oficial por representar al grupo de Gustavo Madero, acusó de violento a su contrincante, Javier Corral, e incluso, lo ligó con Andrés Manuel López Obrador, la izquierda radical y los regímenes populistas de América latina como Venezuela y Bolivia.

 

Mientras, Javier Corral, senador de la República y quien ha llamado a una rebelión de las bases panistas, criticó a Anaya por su cercanía con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), así como por su silencio ante los actos de corrupción dentro de su partido con los llamados “moches”.

 

Corral acusó que a “Ricardo Anaya se le han hinchado las manos de aplaudirle a Peña Nieto por sus reformas estructurales y así quiere tomar el poder del PAN”; y mientras “los jóvenes allá afuera exigían justicia por Ayotzinapa, el joven Anaya aplaudía a Peña Nieto en actos públicos”.

 

Anaya, ex líder de la fracción de Acción Nacional en la Cámara de Diputados, reviró que el senador utiliza una “oratoria rebuscada y demagógica” y lo acusó de no representar a las bases panistas porque lleva 25 años con cargos plurinominales y nunca ha ganado una elección en las urnas.

 

La guerra de descalificaciones inició cuando Corral calificó a Anaya como un “peón” de Gustavo Madero, “que no conoce principios”, y lo acusó de utilizar recursos públicos de la fracción del PAN en la Cámara de Diputados para promover su imagen, “tengo las pruebas de que regaló tablets y otras dádivas”.

 

Su contrincante le respondió que no ha gastado ni un “peso de recursos públicos en mi campaña y voy a encabezar una oposición firme y valiente ante el gobierno, pero no voy a encabezar esa oposición violenta y fracasada que organiza marchas como tus amigos de la izquierda”.

 

Respecto al PAN, el senador Corral afirmó que el partido “vive un momento doloroso, debemos enfrentarlo, la verdadera unidad es la que empieza con el ejemplo del presidente del partido que se coloca por en medio y no tiene compromisos”.

 

Aseguró que, de ganar la dirigencia, “el presidente Enrique Peña Nieto conocerá la verdadera oposición” y criticó el silencio y la inacción de los liderazgos panistas ante los “vergonzosos escándalos de corrupción del PRI como, aseguró, la Casa Blanca y la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán.

 

Por su parte, Ricardo Anaya manifestó que de llegar a la cúpula de Acción Nacional sus primeros objetivos serán: “la unidad interna del partido, formación y capacitación de nuevos cuadros, depuración del padrón y la reingeniería del proceso de afiliación”.

 

Ambos candidatos continuarán en la campaña y se enfrentarán en las urnas el próximo 16 de agosto para definir al próximo presidente del PAN.