GUATEMALA. Autoridades de Guatemala elevaron hoy a 253 la cifra de muertos y a 374 la de desaparecidos en un alud que arrasó un asentamiento aledaño a la capital el pasado 1 de octubre.

 

 

El secretario ejecutivo de la estatal Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), Alejandro Maldonado, indicó en una conferencia de prensa que estas nuevas cifras se deben al último análisis realizado en el lugar.

 

En un principio las autoridades habían dicho que las personas desaparecidas eran 600, pero las redujeron a 300 durante los últimos días.

 

No obstante, Maldonado especificó que la cifra es “muy variable” y que va a continuar cambiando en los próximos días debido a la dificultad de determinar el número de personas que estaban en el lugar en el momento de la tragedia.

 

Agregó que la búsqueda continuará durante el fin de semana, pero que la decisión de mantenerla durante la próxima semana debe ser discutida, ya que hay que tener en cuenta “la seguridad” del personal que trabaja en el área y su situación emocional, porque algunos están “muy impactados psicológicamente”.

 

Aun así, el secretario ejecutivo de la Conred aseveró que se hará un “esfuerzo sobrehumano para satisfacer las necesidades emocionales de las víctimas”, que continúan esperando recuperar los cuerpos de seres queridos para poder enterrarlos.

 

La zona donde se produjo el deslizamiento de tierras se encuentra “bastante estable” según las autoridades, pero es necesario mantener la vigilancia, ya que todavía hay un centenar de viviendas en riesgo.

 

Durante su intervención, Maldonado defendió los protocolos adoptados para paliar este deslizamiento de tierras e indicó que si la maquinaria no hubiera entrado tan temprano en el lugar “la catástrofe sería imparable” y no se podría haber rescatado a las 34 personas que salieron con vida.

 

“Me preocupada y me molesta muchísimo que se den declaraciones irresponsables” de gente que no está en el área y que no está acreditada, porque la labor ha sido “ejemplar” y se han evitado “tragedias mayores”, proclamó.

 

El personal de búsqueda ha identificado a 111 viviendas en riesgo, 73 de ellas con daños severos.

 

Por su parte, el viceministro de Salud, Israel Lemus, explicó que la mayoría de los fallecidos murió por numerosos traumas y aclaró que, por el momento, no hay riesgo de infección por enfermedades, aunque se mantienen los controles necesarios.

 

Sin embargo, sostuvo que las personas que trabajan en el lugar podrían sufrir enfermedades respiratorias o diarrea.

 

El equipo de rescate de México, que llegó a Guatemala el pasado sábado para colaborar en las labores de búsqueda, regresará hoy a su país, después de haber entregado el jueves su informe de cierre.

 

El número de personas albergadas, en diferentes puntos de la ciudad, ascendió a 386; y desde mañana algunos de los afectados podrán entrar en sus viviendas para recuperar algunas de sus pertenencias, que quedaron sepultadas bajo toneladas de tierra.

 

Por el momento no se decretará “estado de calamidad” en la zona, agregaron.

 

Las autoridades estudian dar un subsidio a los afectados mientras se construyen las nuevas casas para los damnificados de esta catástrofe natural, considerada la mayor que sufre Guatemala en lo que va de 2015.

 

 

OBO