Es muy común encontrar la publicación en redes sociales sobre cada detalle de la vida de un usuario. Lo que ahora se acaba de volver viral precisamente es la publicación por parte de unos empleados del gigante tecnológico Google de una hoja de cálculo sobre sus salarios, compartiéndolo con sus compañeros. Unos empleados decidieron subir a un repositorio compartido de su red interna un documento relativo a su propia información financiera, y otros compañeros deciden también subir la suya. El resultado es que en menos de un día el proyecto se ha extendido de manera viral, añadiendo no sólo esta información inicial de listado de salarios sino también subieron información de los bonos y sistemas de compensación. Cuando los gerentes y ejecutivos de Google descubrieron lo que estaba sucediendo, se molestaron, mientras que algunos empleados, sin embargo, se mostraron bastante agradecidos por la oportunidad de conocer si estaban mal pagados. Según una ex empleada de Google, Erica Baker, la hoja de cálculo revelaba que su gerente de la división se había negado a pagar primas para ciertos empleados, lo que lógicamente provocó la protesta. Así que al final, esta transparencia llevó a más empleados de Google a pedir y recibir un pago equitativo basado en los datos de esta hoja. Si bien para unos esta apertura y comunicación tienden a hacer a los empleados más felices, otros sienten que da pie a una lucha interna.google

 

Esta situación no solo reveló salarios brutos sino el criterio de cómo se reparten los complementos salariales, y las decisiones de los jefes en repartir más bonos en función de la raza, género, etc. Si bien en la legislación laboral de Estados Unidos es ilegal impedir que los empleados compartan de manera detallada sus salarios y retribuciones, es cierto que en algunas empresas forma parte del contrato el no poder divulgarlo. Aquí la cuestión es preguntarse si este nivel de transparencia es positivo sobre todo en la época en la que estamos viviendo donde la demanda de la transparencia es cada vez mayor. Existe una presión sobre las organizaciones de hacer público el salario de determinados ejecutivos, y que aceptan hacerlo para demostrar un compromiso para con sus accionistas. En cambio, el publicar el salario de todos los empleados parece que se está atentando contra su privacidad. Lo que se llega a publicar son salarios promedios en el sentido más estadístico. Más allá de la comparación de salarios entre empleados del mismo rango, resulta lógico pensar que pueda haber una persona que cobre más que otra aunque teóricamente hagan lo mismo. Por ejemplo, se puede dar el hecho de atraer a esa persona cuando trabajaba en otra compañía, por lo que hay que ofrecerle una cantidad mayor para atraerle, o es una persona con una experiencia mucho mayor que otra aún ocupando el mismo puesto. Se pueden dar infinidad de circunstancias que pudieran justificar salarios diferentes estando en el mismo puesto, aplicando solamente el mismo salario si el resultado es totalmente medible y el salario va en función de él.

 

Los académicos se han preguntado desde hace bastante tiempo si mantener en secreto el salario podría ser perjudicial para las propias empresas. Los estudios realizados durante varias décadas del siglo pasado sugirieron que el mantenimiento de los salarios de los empleados en secreto los dejaba insatisfechos en sus puestos de trabajo y menos motivados. En años más recientes, la investigación sobre el efecto del secreto de pago en el desempeño del trabajo ha dado resultados más diversos. Algunos estudios sugirieron que los empleados les iba mejor cuando sabían lo que hacían sus compañeros de trabajo así como sus salarios. En cambio otros señalaron que les hacía sentir estar en peores condiciones. También matizaron que dependía probablemente de sus personalidades. La cuestión es que bien informados los trabajadores sobre los salarios de los demás no les hace ser los trabajadores más felices. Si estamos ante una tendencia o un hecho aislado que no sólo publica el sueldo de un empleado sino que explica cómo la organización calcula el valor de sus empleados.