Hay hombres que luchan un día y son buenos./

Hay hombres que luchan muchos años y son mejores./

Pero hay hombres que luchan toda la vida; ésos son los imprescindibles.

Bertolt Brecht

 

 

 

México y Chile están de luto

 

La tarde del domingo 15 de octubre falleció, a los 89 años de edad, Gonzalo Martínez Corbalá, gran político, diplomático y hombre ejemplar que dio su vida por el pueblo chileno ante la dictadura militar de Augusto Pinochet.

 

En septiembre pasado se cumplieron 44 que, gracias a sus gestiones, Hortensia Bussi, Carmen Paz e Isabel, la familia de Salvador Allende, salían de Chile. Martínez Corbalá las puso a salvo invocando la Convención de Caracas de 1954, que permitía al país que otorgaba el asilo el derecho de admitir a las personas que decidiera, sin que otro Estado hiciera reclamo alguno. Sólo había un detalle: Chile no tenía reconocida la convención, por lo que no estaba obligado a acatarla. Eso lo sabía Corbalá, pero no los militares.

 

A cientos de chilenos también los salvó de las garras de la dictadura. “Nunca negamos a nadie la petición de asilo. Preferí equivocarme y aprobar la entrada de alguien que quizá exageraba, a dejarlos a la intemperie”, dijo Martínez Corbalá años después cuando le fue otorgada la Orden al Mérito por el Gobierno chileno.

 

El diplomático mexicano fue uno de los últimos en ver con vida a Pablo Neruda que fue a convencerle de aceptar el exilio. Ante su insistencia, Neruda accedió acordando realizar la salida el 22 de septiembre. En el último minuto el poeta cambió de parecer y prefirió posponer la salida: “Mejor el lunes”, dijo al embajador Corbalá, pero el lunes ya nunca llegó.

 

Gonzalo Martínez Corbalá también es recordado como el diputado del PRI que llevó a la máxima tribuna de la Cámara de Diputados la destrucción de cientos de viviendas por parte de cuadrillas de trabajadores del entonces Departamento del Distrito Federal, apoyados por granaderos, en una de las colonias de la delegación Coyoacán. Llamó a esa acción “la política de los bulldozer”. Gracias a esa denuncia se ganó la renuncia de El Regente de Hierro, Ernesto P. Uruchurtu.

 

Para los mexicanos, la labor de Martínez Corbalá es motivo de orgullo en la historia de la lucha por la defensa de los derechos humanos, de las instituciones democráticas y por el derecho a la autodeterminación de los pueblos de América y del mundo.

 

Descanse en paz un verdadero héroe mexicano.

 

 

 

caem