El terrorismo volvió a manifestarse ayer en Europa, primero en Londres, Reino Unido, y unas horas después en París, Francia.

 

 

El Reino Unido sufrió la medianoche del lunes su cuarto atentado terrorista en apenas cuatro meses, en el que una persona murió y 10 resultaron heridas, dos de ellas de gravedad, cuando fueron atropelladas junto a una mezquita de Londres al término de los rezos del mes sagrado del Ramadán.

 

 

La policía detuvo a un hombre blanco, corpulento y de 48 años, que conducía el vehículo y actuó solo, y que fue retenido por las personas que estaban a las afueras de la mezquita.

 

 

La comunidad musulmana se convirtió hoy en el objetivo de este ataque, tras otros tres consecutivos asumidos por el grupo yihadista Estado Islámico.

 

 

Infografía: Xavier Rodríguez

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El alcalde de Londres, el musulmán Sadiq Khan, calificó lo ocurrido como un ataque a los “valores compartidos de tolerancia, libertad y respeto”, y confirmó que se reforzará, con más policías, la seguridad en las mezquitas londinenses.

 

 

Mientras, ayer en París, un hombre hizo colisionar su vehículo contra un furgón policial en la avenida de los Campos Elíseos, sin dejar heridos.

 

 

El hombre, que llevaba una bombona de gas, un fusil automático Kalashnikov y armas blancas, tuvo que ser sacado del vehículo en llamas por los gendarmes después de que este explotara, y falleció, según anunció el ministro de Interior de Francia, Gerard Collomb.

 

 

“Una vez más, las fuerzas de seguridad han sido el objetivo” de un ataque terrorista, explicó a la prensa Collomb, para quien lo sucedido “muestra que el nivel de la amenaza sigue siendo extremadamente alto”.

 

 

Collomb recordó la intención de su Gobierno de prolongar el estado de emergencia, vigente hasta el próximo 15 de julio, hasta el mes de noviembre, de forma que se pueda aprobar en ese tiempo una nueva ley antiterrorista que reemplace esa medida de excepción.
Hace menos de dos semanas, el pasado 6 de junio, la rápida intervención de un policía logró minimizar el ataque de otro supuesto yihadista sobre otro agente que se hallaba en patrulla en la explanada frente a la catedral de Notre Dame, otro de los puntos neurálgicos del turismo en París.