De los 31 gobernadores y el jefe del Distrito Federal, sólo dos apoyan abiertamente la despenalización de la marihuana: Graco Ramírez de Morelos y Rogelio Ortega de Guerrero, ambos ligados al Partido de la Revolución Democrática (PRD).

 

La propuesta de legalizar el consumo de la droga es respaldada por la dirigencia nacional del partido de izquierda, la cual, de hecho, la incluye en su Plataforma Política 2015, por lo que sus líderes han pedido a gobernadores y legisladores apoyarla.

 

El mandatario de Morelos, Graco Ramírez, fue el primer gobernador en manifestar su apoyo a la legalización de la marihuana en el país. En agosto de 2013 dijo que “la despenalización sería muy importante para bajar los índices delictivos a través de una estrategia”.

 

Desde 2012, Ramírez gobierna Morelos, el estado más violento del país, de acuerdo con el Ranking de la Violencia en Municipios y Entidades 2014 realizado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal.

 

El gobernador de Morelos considera que legalizar el consumo reduciría los índices de violencia en su estado y el país, y según sus propias cifras, “un ahorro de 30 mil millones de pesos de la lucha contra el narcotráfico y manutención de los detenidos; e ingresos fiscales de entre 20 mil millones y 30 mil millones por su producción y venta”.

 

En julio de este año, Graco Ramírez expuso ante el magisterio de Morelos que el combate a la producción y distribución de drogas como la marihuana han generado una espiral de violencia donde han muerto más de 100 mil jóvenes. “No es una guerra que sirva a nadie, sirve al gobierno y a los delincuentes, para seguir fomentando la corrupción”.

 

Para el mandatario, la aprobación del consumo debe darse desde un enfoque de salud pública que no fomente la producción y consumo. Esa misma postura es la asumida por el PRD en su plataforma política donde apunta que “despenalizar el consumo de las drogas, tratando como asunto de salud pública las adicciones. Lo anterior no implica necesariamente la despenalización de la producción y distribución”.

 

Por su parte, Rogelio Ortega, gobernador de Guerrero, y quien asumió funciones tras la dimisión de Ángel Aguirre por la desaparición de los 43 normalistas en Iguala, también está a favor de la legalización del consumo de la droga porque ello acabaría con el negocio de los cárteles del narcotráfico y la violencia.

 

“Debemos entrar a la reflexión de que esta será una guerra perdida, como ha sucedido en otros países; la única forma es fomentar la educación para lograr la paz y despenalizar la droga (…) debemos hacer políticas públicas de gran calado, educativas, de empleo y, fundamentalmente, regular los narcóticos para que termine ese negocio ilícito del narcotráfico”, consideró.

 

Otros de los líderes del PRD, como el gobernador electo de Michoacán, Silvano Aureoles y Miguel Mancera, jefe de Gobierno del Distrito Federal, han manifestado posturas más mesuradas y señalado que están sólo de acuerdo en abrir el debate sobre la posible legalización de la marihuana.