Gloria Trevi, la diva del pelo suelto, se recoge el cabello en la mitad de su nuevo álbum, compuesto por clásicos románticos, para meterse primero en la piel de un hombre ante el amor y luego en la de una mujer, sin renunciar por ello a su garra característica porque, como dice, “el amor también es rock”.

 

“Todas las personas tenemos una dualidad, un lado masculino y femenino que exploro en este disco”, explicó en una entrevista con Efe esta cantante, presentadora, actriz, modelo, bailarina, dibujante y compositora mexicana de pop latino y rock en español.

 

La excusa es la presentación de “El amor” (Universal Music), un álbum conceptual lleno de éxitos históricos sobre la materia al que desde hacía tiempo ponía trabas como compositora habitual de sus propias temas, al menos, hasta que escuchó “durante una bohemiada” un tema de Roberto Carlos.

 

“Pensé que me hubiese gustado ser hombre para cantar esos temas y de repente dije: ¿Y por qué no puedo ser hombre en el escenario?”, cuenta la artista sobre el origen del disco.

 

Durante los seis primeros cortes, asume el papel de “Mr. Trevi” y rescata cortes que dicen cómo le gustaría a ella ser amada: “Como yo te amo”, el clásico que Manuel Alejandro compuso para Rocío Jurado; “Perdóname”, de Camilo Sesto; “Cama y Mesa”, de Roberto Carlos; “Te quiero”, de José Luis Perales; “Y ahora quién”, de Mark Anthony, y “El amor después del amor”, de Fito Páez.

 

“Nuestro lado masculino es el que respalda, el que protege y seduce, el que se atreve, el proveedor; el lado femenino es el que se entrega, el tierno y dulce, pero ambos tienen su fuerza”, destaca sobre las diferencias entre ambas partes del álbum, en las que ha pedido prestadas las canciones que le hubiera gustado alumbrar como autora.

 

La selección, añade, se hizo de “una manera muy fácil y natural”, concibiendo el repertorio como un diálogo entre el hombre y la mujer, con una presentación previa de intenciones, una declaración formal de sentimientos, el episodio de la entrega, el agravio y el desquite, construyendo así “una historia de amor que es la de todos”, opina.

 

 

“A mí no me gusta quedarme en el área de confort. Me gusta arriesgarme y saber que esto me va a ayudar a crecer en todos los sentidos, por ejemplo, ante la opinión de la gente”, afirma Trevi, quien señala que no escogió estos temas “para superar a nadie como cantante”.

 

 

“Eso se me haría muy estúpido. Creo que ningún cantante puede superar a otro que está en el gusto del público”, afirma sobre el reto que asumió de reinterpretar canciones que están impresas en la memoria con la voz de otros grandes compañeros de profesión.

 

Para ello contó con la producción de otro grande, Humberto Gatica, que es un “experto en big bands, en orquesta filarmónica y en los roqueros más pesados de Los Ángeles” y que la ayudó a hacer “auténticas readaptaciones de los temas”.

 

Fue idea suya aprovechar la personalidad de Trevi en “Que muera el amor”. “El amor también es rock y dijo que, por tenerme a mí, oía ahí a Queen y que quería una guitarra eléctrica”, cuenta.

 

Para más “descaro”, Trevi añade a semejante repertorio dos temas inéditos de su autoría, “Inmortal” y “Sin miedo a nada”.

 

“Uno habla de que no hay despedidas cuando se ama de verdad y el otro de esos amores que no pueden ser, porque tal vez te enamoraste antes de otra persona, pero que un día, una tarde o una noche se hacen realidad”, explica Trevi, para quien, tras todo este juego confuso de géneros, queda un mensaje final “muy lindo”: que “no hay diferencia de sexos y que el amor es el amor”.