La prensa nacional (mexicana) fue sorprendida por la internacional (Guardian, New York Times, Le Monde) en el caso de la desaparición forzada de 43 estudiantes en Guerrero. La posición asimétrica revela la crisis en la que se encuentra la mexicana, pero sobre todo, revela el poco entendimiento sobre la globalización de la comunicación. Resulta anticuado hacer la distinción entre prensa local y prensa internacional. Existe la prensa global y la no global (etnocéntrica).

 

Una imagen cubierta con ornamento estético-gubernamental dice menos que mil palabras descubiertas por el periodismo. Dos bandos que luchan permanentemente. Uno trata de cubrir, el otro descubrir. Uno tiene como misión controlar la información, el otro se regodea en la anarquía de la información. Uno trata de ordenar, al otro le sienta bien la rebeldía. Ambos se necesitan pero resulta imposible pensar en un armisticio aunque en México no es imposible.

 

EFE_Marcha_Iguala

 

El fin de semana, Diane Jeantet en Le Figaro escribió un texto sobre Iguala, y en particular sobre las externalidades que detonó el matrimonio Abarca: “En un país donde la corrupción es la ley y donde más de 90% de los delitos no son denunciados a las autoridades…”. Si con 140 caracteres se puede describir una leyenda, con 23 palabras, Jeantet nos explica, sin tener la intención, la razón por la cual el presidente François Hollande recibió como heroína a Florence Cassez: la confianza no se puede controlar. Existe o muere.

 

Quienes hayan seguido el caso Cassez reconocerían que su ruta crítica fue infectada de inicio bajo la connivencia de medios de comunicación y el gobierno federal. El resultado: el entonces presidente Nicolas Sarkozy canceló el año México en Francia. Una ruptura diplomática fuera de la diplomacia, lo que significa: pérdida de confianza.

 

En su momento y con detenimiento, le expliqué a una amiga francesa la ruta crítica del caso Cassez. Sorprendida de mi argumento me respondió que en Francia pensaban lo contrario. Que Cassez no perteneció a una red de secuestradores y que había sido víctima de un guion mediático-político. Media mentira, media verdad, respectivamente. Las percepciones se fabrican fácilmente a través de escándalos; lo laborioso es hacerlo con matices.

 

Estigmatizar en época de la revolución de la comunicación resulta el peor de los absurdos.

 

Sarkozy aprovechó el desliz de la injusticia mexicana para rentabilizar el caso; Hollande en el coro. Ahora, Cassez no sólo narra su historia en un libro sino que piensa contraatacar como se lo recomiendan sus abogados.

 

La imagen política ha sido devorada por la naturaleza sexy de la mercadotecnia. Era lógico en los inicios del proceso de momificación ideológica. También lo fue con el ascenso de Obama, y seis años más tarde, resulta ser una prioridad. Así lo pensó Peña Nieto a través de las reformas. Nada mejor que tener un posicionamiento (de mercadotecnia) a través del reformismo.

 

Los estrategas le preguntaron: ¿Qué palabra le gustaría que la sociedad piense en el momento de escuchar su nombre, licenciado Enrique Peña Nieto? Reformas. ¿Imagen? Bien peinado y bien portado como dios manda. Llegó el momento de despeinarse, de usar camisas de dos por 100 y zapatos “24 hrs”.

 

Peña Nieto está convencido que comunicar es gobernar cuando la realidad apunta a que gobernar, entre muchas otras actividades, es comunicar. El Presidente tiene el monopolio de la visión estratégica del país. Nadie más (en el poder Ejecutivo) puede y debe de tener más ojos que el Presidente.

 

No se puede lograr un posicionamiento reformista tratando de hacer a un lado la fragilidad del sistema político debido a los nexos de narcotraficantes con políticos. Todos lo sabíamos pero creímos que las primeras páginas de los periódicos mexicanos serán tomadas en cuenta para llevarlas a las ediciones web del New York Times. Presidencia apuesta por el trasvase de etnocentrismo de la prensa (mexicana) a la sociedad cuando la globalización dicta lo contrario.

 

Las vocerías no oficiales son reveladas por la prensa global. Ni modo. Tenía que llegar esta época. Lastimosa la forma por lo sucedido en Iguala pero la pedagogía está sobre la mesa. Es necesario subyugar a la mercadotecnia (política) si no queremos que ella se encargue de borrarnos a nosotros. Nos quedamos atrapados en la famosa: una imagen vale más que mil palabras, cuando la realidad, en la era digital, una imagen esconde más que mil palabras.

 

Por lo anterior, más vale estar despeinado que ser ahogado en gel.