La guerra nuclear se ha convertido en la parábola política del miedo del siglo XXI. El acuerdo que obligó a sentar a Estados Unidos y a Rusia en la misma mesa cambiará el rostro de Irán en el corto plazo. La persuasión como la arquitectura de la diplomacia multipolar. El miedo como sentimiento del fin adelantado, en la cultura del tiempo real, se está convirtiendo en veneno.

 

Irán ya está cambiando de rostro. En el interior de algunos de sus periódicos se puede observar a John Travolta anunciando los relojes Breitling bajo un entorno satelital. La república de los ayatolás ingresa a la espiral de la cultura transcultural. Muy lejos ya la revolución de 1979. Siglo pasado. Muy lejos las negociaciones en Suiza de hace tres o cuatro semanas.

 

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“El pueblo iraní recibiría con los brazos abiertos a Apple; aman sus productos”, sentencia el director de la empresa importadora Vaghaye Gostare Fars Co., Amir Rezvani (agencia AP, 6 de agosto).

 

Si McDonald´s ya ingresó a la fase de declive dentro de la curva del ciclo de vida de los productos, en Estados Unidos, en Irán se ofrecen franquicias a través de internet. El juego fonético (y pirata) Mash Donald´s ya existe desde hace tiempo en Irán. ¿Qué venden? Hamburguesas y papas a la francesa, o si se prefiere, papas libertad.

 

En efecto, la cultura líquida avanza mucho más rápido que cualquier acuerdo político. Irán importa cultura estadunidense a través del sector pirata. John Travolta llegó a Irán a través de Vaselina y Fiebre de sábado por la noche, al tiempo que las diplomacias iraní y estadunidense saltaban por los aires; siguieron los DVD cuando los formatos de video Beta y VHS fallecieron, y ahora los USB y las descargas se anticiparon a las firmas de Lavrov, Kerry y Zarif (representantes de las diplomacias rusa, estadunidense e iraní, respectivamente) en Suiza. Bajo el escenario de censura en la red, los nodos de la cultura estadunidense se acercan a Irán a través de Dubai.

 

El mercado iraní es atravesado por las finanzas provenientes de la venta de petróleo y gas, que después del acuerdo, y bajo la hipótesis de una rápida caída del bloqueo, potenciará el nivel de finanzas. El país tiene 80 millones de habitantes y una clase media ávida de cambiar de estilo de vida. Lo dice Mohsen Jalalpur, presidente de la Cámara de Comercio de Irán: “Los americanos están muy interesados en algunos productos iraníes, y algunos productos americanos son muy populares entre los iraníes. La popularidad de las marcas puede ayudar”.

 

Lejos, también, los tiempos de Mahmud Ahmadineyad; sus visitas a los distinguidos miembros de la ALBA, en particular de Hugo Chávez. Sorpresiva la reacción del ayatolá Ali Jamenei, al decir que las externalidades del acuerdo nuclear llegarán a otros sectores. Lejos la crisis que detonó el secuestro de 52 estadunidenses en su propia embajada en Teherán: 444 días y sus respectivas noches. Mientras Irán simula comer en McDonald’s a través de Mash Donald’s, el PRI mexicano simula el nombramiento de su presidente a través de una asamblea.