El estado sublime de la comunicación a través del divertimento de iTunes fue la plataforma que heredó Steve Jobs a la Generación Apps, la emoción del clic.

 

El ornamento estético del iPhone no sólo fue el medio sino el complemento de las Apps. Gracias a Jobs la depredación del mundo tangible frenó su ímpetu destructivo. Ahora, las plataformas de las Apps se han convertido en vestigios fehacientes de la era Ford.

 

Pero no todo es optimismo en el reino de las Apps. El viaje soñado de la Generación Apps, la emoción del clic, puede ser desviado a escenarios distópicos; en uno de ellos, por ejemplo, se podría observar a Eva Mendes lanzando al mundo de iTunes la App del orgasmo desde el museo de Louvre a 13 pesos la descarga. También podríamos observar algunas Apps diseñadas por los terroristas del Estado Islámico. No tendría que generar sorpresa pues la emoción del clic no es un fenómeno discriminatorio: la estética de la destrucción tiene a los yihadistas del Estado Islámico como fieles seguidores de las Apps. Así lo reveló Hans-Georg Maassen, jefe de espionaje alemán.

 

La App podría llamarse El romanticismo del medioevo. Así lo demuestran las ejecuciones grupales o individuales del Estado Islámico; siempre hay una cámara de por medio para resguardar la imagen en Facebook o Instagram; siempre recogen palabras para depositarlas en Twitter.

 

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A través de la App El lobo solitario los yihadistas convocan a neoyorkinos o vegasianos que despierten y se emocionen atentando en contra del vecino con armas caseras. Lo importante es agredir, matar, videograbar y gozar. Todo en una App. De la App se puede leer: “A los lobos solitarios en Estados Unidos: Cómo fabricar una bomba en tu cocina, crear escenas de terror en lugares turísticos y otros objetivos” (Agencia EFE, 18 de septiembre).

 

El oficial de la policía neoyorkina William Bratton confirma la amenaza aunque la diluye por problemas logísticos: “Sería totalmente contraproducente para la ciudad de Nueva York tener tropas estadunidenses involucradas en este conflicto”. Bienvenidos a la paranoia con la que se regodeaba el antecesor de Obama. Bienvenidos a la App: Observe, denuncie o mate. Espectaculares colocados en carreteras estadunidenses para prevenir a los automovilistas. Si usted cree que el aspecto étnico se asimila al de los yihadistas, detone el teléfono 01800.

 

Llegarán las Apps que facilitarán las rápidas denuncias; llegarán las Apps con las que se podrá solicitar el auxilio de drones.

 

Una rama de la Generación Apps, la emoción del clic tiene el deseo incubado en el aburrimiento, es el deseo de colaborar en la lucha. Lo mismo alemanes que franceses, belgas o británicos, son europeos que se piensan como héroes desconocidos debido a una espesa niebla que los adormece: la cotidianidad del sistema occidental. Basta con un clic para despertar; basta con una descarga para experimentar el deseo estético de viajar al medioevo para decapitar a periodistas occidentales y, a través del video, declararle al presidente Obama, también, una guerra semiótica.

 

El miércoles, a manera de tráiler, el Estado Islámico lanzó Las llamas de la guerra, la lucha acaba de empezar, una respuesta con un elevado componente esteticista, dirigida a la Casa Blanca y no al Pentágono. En efecto, si el martes el general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto de Obama, anunció que no descarta la incursión terrestre a Irak, el Estado Islámico respondió directamente a Obama a través del tráiler.

 

El Estado Islámico sabe que la estrategia del presidente Obama es frágil. Un día reconoce que no tiene estrategia frente al Estado Islámico, y otro día da a conocer una gran alianza global para enfrentar a los terroristas; un día asegura que los ataques serán vía aérea, pero 24 horas después Dempsey revela el anatema del presidente de Estados Unidos: regresar a la tierra de Sadam Husein vía terrestre.

 

El Estado Islámico también sabe que un hilo evita el desequilibrio global gracias a las impensables alianzas. ¿Cuánto tiempo durará la alianza de Estados Unidos con Al Sisi, el general que participó en el golpe de Estado en contra de la Hermandad Musulmana? O qué decir de Irán, quien alimenta de armas a los kurdos para que se defiendan, los mismos kurdos que se quieren independizar de Irak de una vez por todas ante el miedo-odio de Turquía. Y qué decir de Siria, encabezada por el autócrata Bachar al Asad, quien gaseó a humanos como ratas ante la mirada paralizada de Obama y Cameron. Al Asad ahora se da el lujo de condicionar el ingreso de aviones franceses para que maten de los locos medievales del Estado Islámico.

 

Mientras tanto, las descargas continúan.