WASHINGTON, DC.- Tras el descanso relativo de agosto y el fin de semana largo del Día del Trabajo, este mes de septiembre es crucial para Donald Trump.

 

Y es que bajo presión por sanciones recíprocas entre Rusia y Estados Unidos, el desafío de Corea del Norte, más de 5 investigaciones del Fiscal Especial Robert Mueller sobre el Rusiagate, la Casa Blanca analiza el impacto de la reacción mexicana y de su posible salida de TLCAN, el financiamiento de emergencia para reparar los daños del huracán Harvey en Texas y la urgencia de asegurar el no menos controversial presupuesto para el Año Fiscal 2018 (que inicia el próximo 1 de octubre y termina el 30 de septiembre del siguiente año), que dista mucho, de sus promesas de campaña.

 

El déficit fiscal de EU este año que termina es de 693 mil millones de dólares equivalentes al 3.6% del PIB, superior al de 603 mil millones de dólares de 2016, que equivalían al 3.2% del PIB.

 

A pesar de sus promesas de campaña, Trump, quien ofreció un presupuesto menor y un espectacular recorte de impuestos que, aunque bajarían el ingreso del gobierno a cierto plazo impulsaría la economía, ha hecho poco por reducir el déficit, lo que será más difícil con las pérdidas del huracán Harvey, en Texas, estimadas en 80 mil millones de dólares, de las que Trump ofreció apoyos por más de 14 mil millones de dólares, que el Congreso no sabe aún de dónde tomará.

 

En el esfuerzo por contener el déficit, EU ha contraído una deuda cada vez más grande por cuyo servicio pagará este año 270 mil millones de dólares, que podrían crecer a 540 mil millones, en 2022, lo que Trump dice corregirá con su plan de gasto de 4.1 trillones de dólares (4.1 billones en México, porque en EU denominan billón a 100 millones en lugar de un millón de millones, como en México).

 

En su plan Trump anuncia el recorte de 29.1% de gastos del Departamento de Estado, especialmente en programas de ayuda al extranjero, 20.5% al Departamento de Agricultura, 19.8% al Departamento del Trabajo y 3.5% al Departamento de Educación.

 

Trump pide recortar 800 mil millones de dólares al programa Medicaid (ayuda Médica a gente de bajo ingreso), eliminar 272 mil millones de dólares al sistema de bienestar social o Welfare que otorga casi 200 mil millones de dólares en estampillas cada 10 años y trata de asfixiar a la Agencia de Protección Ambiental.

 

Además, ha anunciado la posibilidad de recortes en el Seguro Social y Medicare, para pensionados.

 

Su plan bloquea 40 mil millones de dólares la próxima década en créditos para indocumentados que pagan impuestos, cambia las condiciones para préstamos de estudiantes, eliminando 12.5% de recursos y la condonación de la deuda por servicio público y suprimiendo también 39 mil millones de dólares en préstamos subsidiados a estudiantes lo que la Casa Blanca asegura aumentará el ingreso del gobierno a 2.1 trillones (2.1 billones en México) balanceando el presupuesto en 2027.

 

En contraste, el plan contempla un incremento de 790 millones al presupuesto de Defensa, de Veteranos y de Energía, del 11.4% al Programa Nacional de Seguridad Nuclear y cerca de dos mil 300 millones de dólares para seguridad fronteriza y la construcción del muro en la línea divisoria con México.

 

Ben Bernanke, ex presidente de la Reserva Federal, considera que esta política fiscal descarrilará en poco tiempo a la economía estadounidense. Lawrence Summers, ex secretario del Tesoro, dijo que “esas cuestionables operaciones matemáticas parecen ser el más grave error en el presupuesto presidencial en casi 40 años” confiando en que el Congreso lo corregirá.

 

El 30 de septiembre próximo también termina el plazo para derogar el Obamacare con 51 votos que no ha podido reunir Trump en meses y de lo que depende su Reforma Fiscal con recorte de impuestos, obras de infraestructura y hasta la construcción del muro fronterizo.

 

Y es que este último recurso, conocido como “reconciliación” dentro del presupuesto, termina con el año fiscal 2017, a fin de mes, obligándolos a aplazar el intento de revocación hasta el próximo año fiscal, a partir del 1 de octubre.

 

A pesar de las sugerencias de Trump acerca del futuro político del líder republicano del Senado, Mitch McConnell, la Cámara Alta prepara la próxima semana audiencias sobre formas de estabilización del Obamacare, con la meta de aprobar una ley a finales de septiembre, de acuerdo a Lamar Alexander, presidente de un comité de la Cámara Alta.

 

“Podríamos financiar subsidios cruciales para afiliados a Obamacare de más bajos recursos y dar flexibilidad a los estados para que ellos puedan diseñar sus propios programas” dijo Alexander.

 

El comité ya informó de esta medida a gobernadores, reguladores estatales y representantes de todos los representantes del sector privado y prestadores de salud, para atenuar la incertidumbre generada por declaraciones de Trump, mientras analizan nuevas formas de derogar el Obamacare.

 

Entre las batallas más importantes que tienen pendientes las dos Cámaras del Congreso está asegurar la continuidad del gasto del gobierno, aumentar el techo de la deuda y, sobre todo, el presupuesto fiscal para 2018.

 

Decidirá sobre el DACA

Esta semana el Presidente Trump analiza dos decisiones importantes que podrían aumentar la brecha que lo separa del Congreso: la eliminación o modificación del Programa de Deportación Diferida o DACA, que protege a más de un millón de hijos de indocumentados, a lo que se oponen líderes de las dos cámaras del Congreso; y cortar los miles de millones de dólares en subsidios anuales para asegurar la cobertura de millones de personas de bajos ingresos, bajo Obamacare que dice Trump “está al borde de la implosión”.

 

La Resolución de Presupuesto de la Cámara Baja, para el Año Fiscal 2018 no contiene previsiones sobre la ley de Cuidado de la Salud, que eliminaría oportunidades de revocación de Obamacare el año próximo.

 

Los demócratas acusan a Donald Trump y legisladores republicanos de politizar Obamacare, a riesgo de que millones de estadounidenses pierdan la atención a la salud.

 

Por si fuera poco, la tensa situación de Trump se complica con la prueba de una poderosa bomba de hidrógeno, por parte de Corea del Norte, que obligó al Presidente Trump a convocar a una reunión de emergencia de su Gabinete de Seguridad Nacional.

 

Al término de ella, el General James Mattis, Secretario de Defensa y el Genenal James Dunford, Jefe del Estado Militar Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos informaron que el Presidente Trump les pidió analizar todas las opciones militares de que dispone Estados Unidos.

 

“Estados Unidos no busca cambio de régimen ni la aniquilación de Corea del Norte, pero cualquier ataque contra nuestro territorio y aliados tendrá una respuesta militar masiva, efectiva e incontenible”.

 

Al mismo tiempo el Secretario del Tesoro Steve Mnuchin dijo que él mismo elaborará un paquete de sanciones económicas que prácticamente aislará a Corea del Norte del resto del mundo, si Kim Jong-un persiste en esa actitud.

 

EU lanza amago militar a Corea del Norte

El jefe del Pentágono, James Mattis, prometió ayer que habrá una “gran respuesta militar” por parte de EU ante “cualquier amenaza” de Corea del Norte a los territorios del país, incluido Guam, o a sus aliados.

 

Mattis compareció ante la prensa en la Casa Blanca tras participar en una reunión con el presidente Donald Trump para analizar el último ensayo nuclear norcoreano con una bomba de hidrógeno.

 

Pyongyang probó ayer su bomba atómica más potente hasta la fecha, un artefacto termonuclear que según el régimen de Kim Jong-un puede instalarse en un misil intercontinental.

 

El nuevo ensayo tuvo lugar en torno a las 12:30 hora surcoreana, cuando los institutos sismológicos de Seúl, Tokio y Pekín detectaron un fuerte terremoto de origen aparentemente artificial debido a su escasa profundidad.

 

Al respecto, el secretario de Defensa estadounidense subrayó que todos los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, que se reunirá hoy para evaluar la nueva prueba nuclear norcoreana, están unidos ante la creciente “amenaza” que representa Pyongyang.

 

Las declaraciones de Mattis se produjeron después de que Trump alertara ayuer que evalúa suspender el comercio con cualquier país que haga negocios con Pyongyang e insinuara que no descarta un ataque a Corea del Norte.

 

La nueva prueba nuclear norcoreana con una bomba H provocó la condena internacional, así como la petición de China -principal aliado de Pyongyang- de que retome el diálogo y la de Rusia a los países más amenazados -Corea del Sur, EU y Japón- a que mantengan la sangre fría.

 

El director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Yukiya Amano, calificó el ensayo como “un acto extremadamente deplorable”; mientras el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, además de condenar la acción norcoreana reiteró su llamada al cese de su actividad armamentística.

 

La jefa de política exterior de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, consideró que el ensayo representa una “gran provocación” y “una grave amenaza a la seguridad regional e internacional”.

 

Evalúan daños por Harvey

Habitantes del área metropolitana de Houston, Texas, poco a poco retornan a sus hogares para evaluar los daños causados por el paso del huracán Harvey, que dejó miles de desplazados y, al menos, 50 muertos. En el Condado Harris, donde se asienta Houston y que contabiliza por lo menos 130 mil estructuras afectadas por las inundaciones, aún hay zonas bajo orden de evacuación obligatoria.

 

con información de Agencias

 

caem