El gas está llamado a superar al petróleo y convertirse en la principal fuente de energía del mundo, y en este nuevo escenario Norteamérica tiene las de ganar por su nivel de producción y reservas, explicó Héctor Moreira, ex subsecretario de Hidrocarburos durante el gobierno de Felipe Calderón.

 

“La posibilidad de una región de precio bajo de gas y además autosuficiente le da a Estados Unidos una ventaja especial”, dijo en entrevista con Efe Moreira, también doctor del Tecnológico de Monterrey (ITESM) y ex miembro del Consejo de Petróleos Mexicanos (Pemex).

 

Actualmente, el transporte es el segmento que consume más energía del mundo, y en ese “se está viendo un futuro basado en la electricidad”.

 

En este contexto, el gas jugará un papel preponderante, pues hoy día, la “manera más eficiente” de generar electricidad es a través de un ciclo combinado con gas natural, añadió.

 

A este hecho, hay que sumarle la potencia de la industria automotriz en Estados Unidos, México y Canadá, tanto en producción como en exportación.

 

Aun con ello, el futuro “triunfo del gas”, como lo calificó, no tiene fecha fija: “Depende de ciertos descubrimientos tecnológicos, como son las baterías de alta capacidad”.

 

Estados Unidos cuenta con 12.1 billones de metros cúbicos de reservas probadas de gas natural, el equivalente al 6.5 % mundial y en su mayoría -9.8 billones-, en Estados Unidos, según el informe anual de British Petroleum (BP).

 

En 2014 su producción, de 948.4 miles de millones de metros cúbicos, representó el 27.7 % de la mundial y su consumo, de cifras prácticamente idénticas, el 28.3 %.

 

A pesar del aumento del “pastel” del gas en detrimento del petróleo, el especialista identificó retos como el del movimiento del combustible.

 

“Se tiene que transportar por un tubo, pero no es fácil transportar a otro continente, tienes que licuarlo, y eso cuesta”, relató.

 

Además, otro problema es la falta de un precio mundial, de referencia, como sí tiene el crudo.

 

Ello conlleva valores muy dispares. Si en Alemania en 2014 el gas, importado, se ubicó en los 9.11 dólares por millón de BTU (unidad de energía), en Estados Unidos se situó en 4.35 dólares y en Canadá a 3.87 dólares, según el reporte de BP.

 

En México, el advenimiento del gas implicará una renovación del sistema productivo, porque, hasta el desplome de los precios del crudo, su propuesta energética fue la de producir petróleo y comprar gas a Estados Unidos, recordó el subsecretario de Hidrocarburos entre los años 2004 y 2006.

 

En este contexto, el especialista valoró positivamente la reforma energética impulsada en el presidente  Enrique Peña Nieto, que abrió el sector privado a la iniciativa privada tras casi ocho décadas de monopolio estatal.

 

Destacó que el país está invirtiendo “muy fuerte” en la parte de infraestructura de distribución del gas.

 

“Es buena señal, quiere decir que estamos preparándonos para la reconversión de las plantas eléctricas y que, cuando haya producción mexicana, poder sacarla y llevarla al centro del país”, explicó.

 

Para lograr todo ello, Norteamérica deber unificar su sector energético trabajando en sinergia como se hizo a raíz del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que entró en vigor en 1994.

 

Ello permitirá, entre otros, una “integración más grande” que evite, por ejemplo, “duplicar” la infraestructura o las cadenas productivas.

 

Ante este advenimiento del gas, la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), que este año afronta un ajuste de 100.000 millones de pesos (5,590 millones de dólares) en su gasto, tiene el reto de adaptarse al nuevo modelo productivo, zanjó el experto.