El alemán de Ferrari se impuso gracias a una estrategia acertada: pasar por pits lo más tarde posible y acelerar cuando lo hacía su compañero Kimi, en un día feliz para Ferrari, que no ganaba en Mónaco desde 2001.

 

 

 

La estrategia le dio el triunfo al tetracampeón alemán, que hace aún más sólido su liderazgo del Mundial al sumar 129 puntos y distanciar en 25 a Hamilton, quien se dedicó a minimizar daños al remontar del decimotercer lugar de salida al séptimo.

 

 

 

No pudo acabar más arriba Hamilton porque guardó como oro en paño su sexto lugar un sobresaliente Carlos Sainz, en un gran fin de semana que supo conservar esa posición obtenida en la clasificación y defendiendo con uñas y dientes su lugar en las últimas once vueltas, cuando sentía el aliento del británico sobre la nuca.

 

 

 

Sensación completamente opuesta la que le queda a Raikkonen, que obtuvo el segundo puesto más amargo que podía imaginar el finlandés.

 

 

Iceman salió de forma impecable, conservó su liderazgo y abrió hueco junto a Vettel respecto al resto, pero fue llamado a cambiar neumáticos para contestar a Bottas, que iba tercero, y ese movimiento le condenó, ya que dejó a Vettel ganar una distancia a la postre definitiva.

 

 

Completaron la zona de puntos tras Hamilton Grosjean, Massa y Magnussen; beneficiados por los abandonos de Sergio Pérez y Kvyat por un toque de sus monoplazas en las últimas vueltas.

 

 

El susto del día tuvo como protagonista a Pascal Wehrlein, quien sufrió un aparatoso accidente en la vuelta 60 al recibir un toque de Jenson Button que lo envió directo contra el muro justo antes del túnel, lo que dejó su monoplaza volcado sobre el eje lateral izquierdo.

 

 

Afortunadamente, el piloto alemán salió por su propio pie del monoplaza y en aparente buen estado físico.