En temporada de lluvias es obligatorio que tengamos en nuestro clóset por lo menos tres gabardinas. Es una prenda que, además de cubrirnos de la lluvia y mantener el calor corporal, protege nuestra ropa y tiene como ventaja hacernos lucir con mayor formalidad y dar un toque de elegancia. Además, es muy versátil para diferentes estilos, ya que va bien tanto sobre un traje sastre como con unos jeans o incluso hasta unos leggins.

 

Por su estructura puede hacernos lucir delgados y disimular esos excesos de fin de año, y de igual manera, si somos muy delgados nos da estructura física visual.

 

Los colores por excelencia para las gabardinas son el azul marino, beige y negro, aunque según nuestra actividad y estilo podemos extender la gama de color a blanca, que se muy elegante, roja, rosa o inclusos colores brillantes.

 

La tela tradicional para su confección es algodón, pero ahora podemos encontrar una gama de combinaciones y texturas.

 

Recomendaciones

 

Prefiere una gabardina de buena calidad, ya que es una prenda que te durará más de una temporada. Considérala como una inversión.

Elige colores que no pasen de moda muy rápido. Pueden ser los tres colores clásicos, que son los más combinables.

Prefiere las que tengan forro.

Cuida que te ajusten bien a los hombros.

Revisa que los botones estén en buen estado.

Después de la temporada de lluvias, lávala en seco y guárdala al fondo del clóset en un gancho de madera.

Recuerda que si eres de estatura pequeña, prefiere las que te lleguen a media pierna de largo, para que te favorezcan visualmente.

Aplica la regla de imagen: menos es más.