En contraste a la aclamación al Presidente de Rusia, Vladimir Putin, tras su participación en el G-20 en Hamburgo, Alemania, el Presidente Donald Trump enfrentó a su regreso una recepción hostil.

 

Aunque en su cuenta de Twitter Trump calificó esa reunión como “tremenda” y presumió una relación constructiva entre Rusia y EU, tras hablar con Putin, así como “la formación de una unidad impenetrable de Seguridad Cibernética contra el hackeo en las elecciones”, la situación fue diferente.

 

Los pocos elogios de sus cada vez menos incondicionales, contrastaron con duras críticas por no reclamar con energía el hackeo e injerencia en las elecciones que negó Putin, que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) reporta que se ha extendido contra empresas de energía nuclear y de electricidad; así como por su aislamiento, no abordar temas de interés mundial en la Cumbre del G-20 y la falta de capacidad para mantener el liderazgo global que históricamente tuvo EU; y, sí, en contraste, cargar con su hija, yerno y hasta nieto.

 

“No creo que era el día de traer a tu hijo al trabajo, pero Ivanka llevó de cualquier forma a su pequeño Donald” dijo en su cuenta de Twitter Angela Merkel, Canciller Alemana.

 

Charlers Schumer, líder demócrata en el Senado dijo que Trump y su Secretario de Estado, Rex Tillerson, “deben creer más a su comunidad de inteligencia (que reveló la injerencia rusa en la elección) que al Presidente ruso y poner un alto a los ataques cibernéticos”.

 

Y que el Congreso y estadounidenses deben presionar con más sanciones al gobierno de Moscú.

 

Además, a su retorno de la Reunión del G-20 Trump encuentró nuevas revelaciones del Rusiagate, que quiso sepultar, primero pidiendo a James Comey (ex director del FBI) que lo exonerara, luego despidiéndolo y presionando a Dan Coats, Director Nacional de Inteligencia y a Mike Rogers para que negaran que existía evidencia de colusión entre su equipo de campaña y funcionarios rusos.

 

El diario The New York Times difundó este fin de semana detalles del primer encuentro, documentado el 16 de junio de 2016, entre el equipo de campaña de Trump y un personaje íntimamente ligado al Kremlin: la abogada Rusa Natalia Veselnitskaya.

 

Con base a documentos y entrevistas confidenciales, el diario publicó que en la reunión, que tuvo lugar en la Torre Trump de Nueva York, participaron Donald Trump Jr., Jared Kushner (asesor y yerno de Trump) y Paul Manafort, Director de la Campaña del ahora Presidente.

 

Dicha reunión duró más de 30 minutos y tampoco fue reportada por Jared Kushner a los Departamentos de Estado y Justicia, durante el trámite para tener acceso a documentos altamente clasificados de Seguridad Nacional, como asesor de Trump.

 

Natalia Veselnitskaya es conocida como “excelente operadora” con larga historia en la promoción de la agenda del Kremlin.

 

La abogada, cuyas actividades y asociación con otras personas y organizaciones llamó la atención del FBI, es quien diseñó una agresiva campaña contra la Ley Magnitsky, firmada en 2012 por el ex Presidente Barack Obama, para sancionar a una lista de 44 violadores de Derechos Humanos en Rusia, decomisándoles o congelando sus cuentas y cancelando o negándoles visas para ingresar a Estados Unidos.

 

NUEVA ALERTA

 

Extienden hackeo

 

La Agencia Nacional de Seguridad informó ayer que Rusia realizó ataques cibernéticas contra sistemas de empresas de energía, en particular para las que producen energía nuclear, en un aparente esfuerzo de evaluar su capacidad de defensa.

 

Una de las empresas hackeadas con malware denominado “DubbedCrashOverride” ya utilizado en Ucrania, es Wolf Creek Nuclear Operating Corp. de Kansas.

 

A finales de junio, el FBI y el Departamento de Seguridad Interna emitieron una alerta a empresas de Energía advirtiéndoles que “actores avanzados y persistentes” (como denomina a los hackers) estaban robando listas de personal de acceso e información de passwords para ingresar a esos sistemas.

 

De acuerdo al FBI “esta es la primera ocasión en que hackers del gobierno ruso buscan eliminar restricciones que les habían impedido el acceso a empresas  y redes de energía nuclear, petroleras y otras de generación de energía.

 

aarl