La casa que fue la última guarida de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo Guzmán, está a unos 250 metros de la casa donde vive la mamá del gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, Malova.

 

Eran vecinos. La vivienda de la familia del mandatario tiene vigilancia permanente de la Policía Municipal y la de El Chapo parecía abandonada, eso creían los vecinos. La patrulla 2077 de Ahome está en la esquina de Río Baluarte y Cocotero, dos policías de seguridad pública dan servicio de seguridad privada.

 

-A mí sólo me mandaron, yo no sé, pero pregúntele al gobernador porqué nos mandan. Contestó uno de los elementos que vigilaba a las afueras vestido de civil. En la banqueta tienen una mesa de plástico con un televisor encima, dos sillas y una base para los radios de frecuencias policiacas. Los vecinos no están de acuerdo.

 

A la casa de fachada color blanco, donde El Chapo estuvo dos días, han llegado algunos vecinos y estudiantes curiosos. Está resguardada por la Procuraduría General de la República. Las camionetas artilladas de la Marina Armada de México y los marinos con cara pintada de verde y negro, para camuflar en campaña, impiden acercarse.

 

La vivienda de Boulevard Jiquilpan 1002, Colonia Las Palmas, en Los Mochis, es el principal atractivo, incluso la calle está cerrada. Atrás de un espejo en la recámara principal está el hueco que conduce al drenaje fluvial de la calle, por donde El Chapo, El Señor de los Túneles, salió a la calle frente al Pollo Feliz.

 

La noticia de la balacera y captura llegó esa misma madrugada a Culiacán, de donde se trasladó un reportero que cuenta lo que investigó como lo haría un guía de turistas a los foráneos recién llegados.

 

-Dicen que ahí El Chapo robó un jetta blanco y huyó por la México 15, ven el retén de la Policía Federal, se brincan el camellón para huir en sentido contrario y los federales creían que eran robacoches y se dan la vuelta para ir tras ellos. Cuando los alcanzan no sabían quiénes eran y le dieron sus cachetadas a El Chapo.

 

-Allá, a unos 500 metros está la coladera por donde salió y el hotel Doux está más para allá. Hay que dar la vuelta.

 

En una esquina de la casa está acumulada la basura que han dejado los visitantes. Envases de PET, latas de aluminio, bolsas de plástico, cáscaras de fruta, tortillas, restos de pizza, vasos, platos de unicel e incluso las batas azules y los guantes de látex que algún funcionario usó para levantar indicios o para no contaminar la escena del crimen.

 

Sebastian, publicista de Alfredo Ríos El Komander, también llegó a la casa de El Chapo para repartir tarjetas.

 

-El Komander canceló un concierto en Los Ángeles para venirse aquí en cuanto lo detuvieron, por este pedo, y ya se compuso unas estrofas de su nuevo narcocorrido, las subió a Youtube. Es la música que le gusta a la gente, es tradicional aunque ya bajó El Movimiento Alterado sigue gustando.

 

Los alumnos de la escuela secundaria Romero Camacho, general 3, que se localiza a dos cuadras, se tomaron fotos con los reporteros de televisión que reconocieron.

 

-¿Qué quieren ser de grandes? ¡Yo marina!, contestó sin pensarlo una niña de segundo año. Yo sicario, para matar, no, mejor narco para ser jefe y contratar sicarios, jajaja. La respuesta de un niño de primero provocó las risas y bromas de sus compañeros.

 

-Por mi casa había un narco y lo mataron sicarios. En mi casa también, mataron a unos que vendía droga. Los alumnos, con uniforme gris y blanco no se espantan al hablar de estos temas, pero tampoco están de acuerdo en que es un problema generalizado.

 

Un repartidor de hamburguesas a domicilio llegó en una motocicleta para entregar un pedido. Alguien se acercó para preguntar el teléfono para ordenar. Un marino vacila: díganle que es para la casa de El Chapo y llegan de volada.

 

-Yo pensaba que querían secuestrar a una persona porque así le pegan en las puertas para entrar. No sabíamos de qué se trataba. Como a las tres y media o cuatro se escucharon los disparos, ni asomarse, nos encerramos en un cuarto hasta atrás. Fueron como tres horas de disparos. Contó una anciana obesa que salió al patio frontal de su casa para tomar el aire sentada en una silla. Desde ahí miraba los movimientos de peritos de la PGR, marinos, policías y reporteros afuera de la casa  de El Chapo, la misma que fue catalogada por la PGR en extinción de dominio.

 

El otro túnel

 

El Chapo Guzmán tenía todo previsto. La casa a donde llegó cuando bajó de la sierra tiene un túnel perfecto para escapar cuando estuviera acorralado. La entrada del túnel está en el vestidor de la recámara principal, en la planta baja del inmueble de dos niveles. Para acceder hay que jalar la manija oculta en el foco del techo. La puerta es de acero y está detrás de un espejo.

 

Al pasar la puerta tuvo que descender ocho escalones de herrería y girar a la derecha para correr sobre el agua acumulada en el túnel de 15 metros de largo y dos de alto. El pasillo tiene luz, es rectangular con paredes y techo tapizado con tablas de madera.

 

Al llegar al final abrió otra puerta para acceder al drenaje fluvial que pasa bajo el concreto hidráulico de boulevard Jiquilpan. Desde ahí caminó en cuclillas, o en cuatro puntos, unos 400 metros hasta la coladera por donde decidió salir a la superficie con Iván Castélum, alias El Cholo Castéñum. En ese lugar fue encontrado un fusil de asalto recargado sobre la pared.

 

La Reina del Sur

 

La casa está de cabeza. La violencia en la serie de  televisión La Reina del Sur se quedó corta. Los disparos de bala AK47 de los sicarios y de los M16 de los marinos contrastan en las paredes blancas. En todas las paredes de la planta baja hay impactos, las pantallas, las puertas, los muebles y las ventanas. En la cocina y en la parte superior de las escaleras hay dos granadazos, uno hizo un agujero en el piso de porcelana.

 

El horno de microondas está destuido, lo mismo que el horno de la estufa. Sobre los quemadores quedaron los restos de la última cena. Carne con cebolla, cocida como alambre de res, muchas tortillas y latas de frijoles.

 

En el piso de toda la casa hay ropa tirada, alguna camuflada, las camas fueron volteadas, los cuadros retirados en busca de más escondites, lo mismo que todas las lámparas.

 

Los despenseros están astillados por las balas.

 

Hay huellas de sangre por todo el piso, en las paredes, las colchas y algunas prendas.

 

Sobre una cama de la planta alta quedaron apiladas las cuatro cajas con los  dvds de la serie de televisión La Reina del Pacífico que protagoniza Kate del Castillo, la actriz que fue intermediaria para que el actor Sean Pean lo entrevistara.

 

En el baño quedó también un shampoo masculino para teñir el pelo, ropa de marca, bolsas de tiendas como Carolina Herrera, ropa Hugo Boss y Phytons un suplemento alimenticio para mejorar el desempeño sexual.

 

Puedes ver las imágenes de la casa de El Chapo aquí.