Foto: Notimex  

Creadas en la antigua Roma para beber agua, las fuentes aquí nacieron de los acueductos prehispánicos y hoy el público se ha apropiado de ellas para convertirlas incluso en punto de reunión de los jóvenes o de diversión de los más pequeños, aseguró Alejandra Utrilla, encargada del Museo Nacional de la Revolución.

 

Entrevistada en el espacio museístico que se encuentra en el Monumento a la Revolución, la también Jefa de Unidad Departamental de Operación de Recintos de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México comentó que hablar de las fuentes es hablar primero de la función que tenían.

 

“La fuente es un elemento que está considerado increíblemente como parte del mobiliario humano y no se mueve. Originalmente es para dar agua, si hablamos de las antiguas fuentes de Roma, surgieron para que la gente tomara agua, y aún hoy se puede tomar agua de ellas, aquí no, sería terrible”, añadió Utrilla, en entrevista con Notimex.

 

En el país, señaló, se empieza con los acueductos “y sabemos que los acueductos son del mundo prehispánico, sobre todo con Nezahualcóyotl, etapa en que se desarrollan mucho”.

 

“Tenemos el de Chapultepec, que originalmente venía subterráneo, y después se construye con ese carácter que conocemos. Pero la fuente originalmente era para dar agua y luego se convirtió en elemento ornamental, que creo son de los elementos más difíciles y más bonitos de la arquitectura”, consideró.

 

Citó de ejemplo el espejo de agua del Monumento de Álvaro Obregón, uno de los más lindos en cuestión de espejo, y si uno piensa en el mundo, viene a la memoria el Taj Mahal, qué hace ese espejo, reproduce y duplica el edificio.

 

“Si vemos el espejo, sin los chorritos de agua, que son muy reciente en las últimas fuentes que se han construido en diversos espacios de esta capital, lo vemos realmente como un espejo y podemos ver dos monumentos para Álvaro Obregón. Ese tipo de fuente no es surtidor de agua, es solamente una pieza ornamental que nos ayuda también a limpiar el ambiente y a contemplar”, añadió.

 

Otro ejemplo de fuente es la sombrilla o paraguas del Museo Nacional de Antropología, del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, que cubre una superficie gigante y que es un elemento original, con una columna sostiene una enorme cubierta y que va perfectamente adaptada al espacio abierto del recinto y se convierte en algo ejemplar.

 

Otras fuentes que se han convertido en parte del paisaje público son las de la Alameda Central, que desde su construcción a finales del siglo XVI, se han ido conservando y ampliando, pues hay una fuente principal y otras que se han ido sumando a este espacio vivo.

 

“Porque si pensamos que en el siglo XVI se originó para una población mínima y vemos ahora cuánta población camina por la Alameda, no pondríamos los mismo pavimentos, porque se nos tronarían en 10 minutos, la Alameda ha cambiado mucho, hay muchas fuentes de “art decó”, hasta últimamente metieron esas fuentes que ahora están muy de moda, que salen del piso”, detalló Utrilla.

 

Al referirse a uno de los lugares emblemáticos y más visitados por el público como es Chapultepec, recordó que cuenta con muchas fuentes, como la de las Ranas, que es del siglo XX, y que tiene ranas y patos y una tortuga en el centro, y es una reproducción de una pieza que está en Valencia, España.

 

Se tiene también en ese gran espacio de la Ciudad de México, la Fuente del Quijote, que es muy chiquita en Chapultepec, es una fuente que está rodeada de una banca con pasajes del Quijote, pero la fuente es muy chica, tenía dos columnas y estaba Sancho y el Quijote, pero ya no están; quedó el espacio con la fuente en el centro y alrededor están los pasajes del Quijote.

 

La Fuente de la Plaza de Santo Domingo ya no se conserva como tal, “la cito como una fuente importante, en donde está ahorita los portales, estaba una fuente”.

 

Las de Bellas Artes, agregó Utrilla, son muy contemporáneas, hubo una modificación, porque toda la plaza de Bellas Artes se ha transformado. El Zócalo mismo se sabe que se ha transformando mucho y que en algún momento tuvo una fuente.

 

Una de las más reconocidas por el público mexicanos es la de los Coyotes, que es icónica, pero también es muy contemporánea; es una de las más visitadas, más utilizadas que se convirtió rápidamente en el icono de Coyoacán y es una referencia.

 

La autora de “Arquitectura religiosa del siglo XIX: Catálogo de planos del acervo de la Academia de San Carlos”, también abordó la fuente de la Diana Cazadora que se movió y se le hizo una reproducción y ha tenido muchas versiones, y que tuvo muchas críticas sobre todo por el desnudo de Diana la Cazadora.

 

“Tenemos la fuente de la Templanza, que es preciosa en el lugar de Chapultepec, caminando por la rejas encontrarán una fuente enorme que tiene la alegoría de la Templanza, que es un neoclásico, la fuente se construyó en el siglo XX, pero la escultura es una preciosidad y una de las más bonitas de México, y de las más importantes”, aseguró.

 

En su recorrido también mencionó la fuente que se ubica en el gran patio del Monumento a la Revolución, la gente se apropió de ella, es un lugar de reunión para jóvenes y un lugar de diversión “que espero que la mitad de esos jóvenes visite nuestro museo”, concluyó.

 

 

OR