Como parte de la 23 edición del festival de documentales Hot Docs, el más importante de Norteamérica, el director japonés Tadasuke Kotani presentó el documental El legado de Frida Kahlo. Más de 300 pertenencias de Kahlo, incluidos vestidos, zapatos, medicinas, corsés, maquillaje, pinturas y artesanías, que fueron dadas a conocer a 58 años de su muerte, motivaron al director a acompañar a México a la premiada fotógrafa Miyako Ishiuchi.

 

Ishiuchi captó con su cámara de rollo los artículos más personales de la artista para una muestra fotográfica en París.

 

“Estudié pintura en Japón y leí algo de ella (Frida). Tenía cierto temor de ver sus pinturas por lo fuerte que son, una mujer en permanente sufrimiento”, dijo el director en entrevista con Notimex.

 

Agregó que su visión cambió al llegar a la Casa Azul de Coyoacán, impregnada de sufrimiento, pero también de sensibilidad y valentía.

 

“Cuando entré a la Casa Azul y vi sus pertenencias, me reflejaron su sensibilidad y su poder, una mujer fuerte, que no se escondió pese a su discapacidad, no escondió sus cicatrices y mantenía cierto optimismo”, añadió Kotani.

 

En El legado de Frida Kahlo, la jornada fotográfica de Ishiuchi -centrada en los vestidos y los artículos más personales- está acompañada de testimonios de las tejedoras de Juchitán, Oaxaca, quienes consideran sus trajes típicos como una “segunda piel”.

 

La fotógrafa nipona hizo un paralelismo entre los trajes de tehuana y el kimono, que se heredan de generación en generación.

 

En el documental la fotógrafa se muestra sorprendida al ver que niños de una escuela primaria iban a entrar al museo Frida Kahlo, incluso lo consideró “insano”, pues “en Japón los niños no tendrían acceso a estos cuadros”.

 

Así como su percepción de la pintora cambió al ver sus pertenencias, el director nipón dijo que le gustaría que más gente supiera, a través de su documental, acerca de cómo vivía la pintora mexicana, lo que le gustaba coleccionar y vestir.

 

“Tanto la fotógrafa como yo quisimos enfocarnos en los objetos más personales de Frida, como sus calcetas, que se muestran cocidas por ella misma, y los corsés decorados por ella”, explicó el director al final de una de las funciones de su documental, cuya sala estaba llena de canadienses.

 

Este documental de 89 minutos tuvo su estreno en Canadá y se ha visto en Japón, Corea y México, en el Festival de Cine de Guadalajara).

 

“Frida no se conocía prácticamente en Japón y ahora se conoce gracias a este documental”, destacó el director Kotani.

 

La emblemática Frida Kahlo vuelve a estar en Toronto, ciudad que la ha albergado en exposiciones de pintura –junto al muralista Diego Rivera— y en muestras de textiles, huipiles y rebozos.