PARÍS. La Asamblea Nacional francesa dio el visto bueno a la reforma constitucional impulsada por el gobierno tras los atentados del 13-N en París, que hará posible despojar de la nacionalidad a condenados por “delitos graves contra la nación”. El paquete deberá ahora ir al Senado y luego tener el apoyo de las tres quintas partes del Parlamento reunido en sesión bicameral.

 

La reforma, propuesta por el primer ministro Manuel Valls luego de los ataques del Estado Islámico del 13 de noviembre pasado, fue aprobada por los diputados con 317 votos a favor, 199 en contra y 51 abstenciones.

 

La medida reveló profundas grietas en el gobernante Partido Socialista (PS) del presidente Francois Hollande, pero también en el mayor partido de la oposición, Los Republicanos (LR), muchos de cuyos diputados se oponen a estas medidas.

 

Numerosos dirigentes de izquierda expresaron su indignación ante el proyecto y se negaron a votarlo, mientras que la ministra de Justicia Christian Taubira, el rostro más progresista del gobierno de Hollande, renunció el mes pasado en protesta por la iniciativa

 

Dimite ministro de Asuntos Exteriores

 

En tanto, una figura central de los gobiernos socialistas en Francia desde hace más de tres décadas, el ministro de Exteriores, Laurent Fabius, confirmó su marcha del Ejecutivo para pasar a presidir el Consejo Constitucional de su país.

 

El organismo que encabezará Fabius, en sustitución de Jean-Louis Debré, no goza de la relevancia de instituciones homólogas en otros países, pero ha ganado importancia en los últimos años y tiene la última palabra a la hora de avalar la constitucionalidad de las leyes.