PARÍS. El primer ministro de Francia, Manuel Valls, presentó hoy un plan de “lucha contra el racismo y el antisemitismo” de tres años con un presupuesto de 100 millones de euros, en un contexto de recrudecimiento de ataques contra musulmanes y judíos.

 

“El racismo, el antisemitismo, el odio a los musulmanes, a los extranjeros y la homofobia aumentan de manera insoportable en nuestro país”, censuró Valls en Cretéil, un suburbio parisino que el pasado diciembre registró una violenta agresión antisemita.

 

Ese fue el escenario elegido por el jefe del Ejecutivo para desvelar los 40 puntos de su proyecto, que esencialmente contempla un refuerzo del arsenal jurídico, del control de internet y pedagógico, así como acciones de comunicación.

 

En lo jurídico, la iniciativa gubernamental cambiará la legislación para que las injurias y provocaciones se enmarquen en el derecho penal, y para que otorguen carácter agravante a cualquier tipo de crimen.

 

“La pasividad en internet se ha terminado”, agregó Valls al anunciar la creación de una estructura centralizada que vigilará las derivas racistas en la web y redes sociales.

 

Además, se obligará a las empresas dedicadas a almacenar páginas web a tener representación jurídica en Francia.

 

El tercer gran eje del plan del primer ministro socialista se centra en el colegio, donde se deberá incidir más en la formación en valores republicanos y laicos y se multiplicarán las acciones de mediación para resolver conflictos.

 

“Los franceses judíos no deben tener más miedo de ser judíos y los musulmanes no deben tener vergüenza de ser musulmanes”, insistió el primer ministro.

 

El plan del Gobierno francés, cuyas líneas maestras ya había anunciado el presidente, François Hollande, se conoce después de que se haya hecho público que en el primer trimestre del año se registraron en Francia 226 actos antimusulmanes, es decir, seis veces más que en el mismo período del año pasado, según el Observatorio contra la Islamofobia.

 

GH