Hemos estado leyendo y escuchando información sobre el desempeño de la economía mexicana actual y estamos a unos días de que el gobierno federal anuncie sus criterios de política económica 2016, dentro de un ambiente internacional con mucho ruido e incertidumbre.

 

En estos días Moody´s ha estado muy activo sobre la situación actual y el escenario para 2016. Este organismo le mantiene la calificación crediticia a México, lo que diferenciará al país con el grado de inversión para acceder a la liquidez global de los mercados en comparación con otras economías emergentes que atraviesan por momentos críticos como Brasil, Perú, Colombia, entre otras.

 

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Hasta ahora hemos visto tranquilidad en lo que se refiere a la tenencia de extranjeros en papeles de deuda mexicana, especialmente en los bonos M que brindan cupones muy interesantes y en los diferentes plazos de inversión que al compararlos contra otros instrumentos internacionales se vuelven atractivos. Pero también es una realidad que los tiempos para que la Fed inicie de una manera gradual su alza en las tasas de interés se acercan (estimamos en el último trimestre del año) y estos spreads o diferenciales de tasa entre los bonos mexicanos y americanos estarán a prueba.

 

Por todo esto es muy importante que el gobierno federal evite riesgos de un mayor endeudamiento para 2016 y siga trabajando en programas de mayor austeridad y aprovechar ventanas que brinden los mercados internacionales para seguir extendiendo el plazo promedio ponderado de la deuda que tenemos, que deberá estar cerca de los ocho años. Pero además, tratar de reducirla -aunque sea de forma gradual- ayudaría a confirmar que la estabilidad macroeconómica que llevamos desde hace ya 15 años no está en peligro.

 

La inflación se mantiene en niveles bajos actualmente, aunque en 2016 ya estará más normalizada porque la base comparativa integrará ya los beneficios de la reforma de telecomunicaciones y energética en cuanto a los costos de telefonía y de la luz por el momento.

 

Esperamos que poco a poco el nivel de los precios del petróleo se estabilice y permita al peso mexicano recuperar terreno, lo que podría evitar riesgos de transferencia de precios al consumidor. Pero será gradual.

 

El pasado miércoles, en el informe del Presidente se reconoció un problema de confianza interno y de incertidumbre global.

 

Se debe trabajar en mejorar los niveles de seguridad y aumentar la confianza tanto de empresarios como de la sociedad para que la demanda interna permita ser un colchón para el crecimiento de la economía, ya que el crecimiento de Estados Unidos viene por el dado del sector de servicios y, en mucho menor medida, por la producción industrial, que es donde se relacionan nuestras exportaciones.

 

Así, en un entorno difícil con el tema de la desaceleración de China, la pugna por la participación en el mercado de crudo, las recesiones de economías como la de Brasil y Canadá, las elecciones próximas en Grecia y Portugal, pero sobre todo la posible normalización de la política monetaria en Estados Unidos, no hay duda que México no puede fallar y hay que hacer bien la tarea.

 

Durante el cierre de 2015 y durante 2016 el gasto público deberá ser austero y bien direccionado, sin incrementar el endeudamiento, pero sobre todo mejorar la relación entre gobierno, empresarios y sociedad para aumentar el nivel de confianza y sobrellevar la volatilidad de mercados.