Se acaba 2016 en medio de una gran incertidumbre económica para México, primero por el nivel de endeudamiento generado por la administración actual que nos lleva a tener que recortar de manera importante el gasto público afectando, entre otras cosas, algunas inversiones públicas y, además, el inconveniente es que hasta ahora ha sido poco productivo el gasto público. Sin embargo, tenemos otro problema “importado” con Donald Trump, quien comenzará su mandato el próximo 20 de enero en Estados Unidos por un período de cuatro años, y ha sido insistente en querer revisar el Tratado de Libre Comercio, el financiamiento de la construcción del muro entre México y Estados Unidos y el tema de inmigrantes.

 

A estos elementos habrá que sumar algunos otros como la falta de confianza y transparencia por parte del gobierno mexicano incluyendo a estados, municipios y servidores públicos en general. También la tendencia al alza que el Banxico ha decidido en las tasas de interés para mantener relativamente estable la tenencia de flujos de inversión en mercados (nacional y extranjeras). Además, se estará reiniciando el movimiento de alza en las tasas de interés por parte de la Fed.

 

Las instituciones financieras han reducido los estimados de crecimiento para 2017 con un riesgo alto de que la inflación tome nuevos niveles ante la posibilidad de un traspaso de precios del productor al consumidor por la depreciación del peso mexicano de casi 20% en el año.

 

El promedio de crecimiento para 2017 ronda sobre 1.71% teniendo un rango desde 1.1% y optimista, 2.3%; el tipo de cambio presenta también un rango muy abierto en sus expectativas. Hay quienes los ven muy optimista en 19.50 y quienes lo tienen con alto grado de incertidumbre y debilidad en los 24.00, con un promedio simple en 21.63, aun así por arriba de los niveles actuales; en cuanto a la inflación, existe un sentimiento de mayor presión inflacionaria con un nuevo rango para este 2017 entre 3.50%, en el lado conservador, y hasta 4.90%, con quien percibe un gran traspaso de precios hacia el consumidor final. El promedio simple se ubica en 4.04%, que ha sido el nivel de inflación estructural de México por muchos años.

 

En cuanto a la tasa de fondeo se observa un rango desde 5.50 y hasta 7.00% para tener un promedio en 6.25%, lo que significa que, desde los actuales niveles de 5.25%, se espera cuando menos 100 puntos base de aumento entre los que se pudieran tener al menos 25 puntos en la próxima reunión siguiendo muy posiblemente a la Fed.

 

Nuestra expectativa es que la tasa de referencia se logrará estabilizar hasta niveles de 7.50%, lo que refleja un riesgo de alza de 225 puntos base desde los niveles actuales.

 

Se corre el riesgo de que algunos sectores como la construcción vuelva a desacelerar el próximo año, así como las ventas al menudeo, el consumo privado con una inversión fija bruta muy austera. Los indicadores de manufactura y de servicios que da a conocer el IMEF muestran una clara tendencia de desaceleración.

 

Las remesas juegan un papel fundamental en el desempeño de nuestra economía. Querer incluir algún impuesto especial y el riesgo de mayores deportaciones están generando una incertidumbre que al final afectará su ritmo de crecimiento y repercutirá en un menor consumo.

 

Vemos la posibilidad de dos salvavidas para la economía. Por un lado, la americana viene mejorando su ritmo de desarrollo, y sería que durante 2017 la producción industrial americana mejore condiciones y, en su caso, ayudaría a reactivar la producción industrial en México.

 

El otro punto es el nivel de la cotización del petróleo. Si el acuerdo OPEP-Rusia gana en confianza y reducen la producción diaria, los precios del hidrocarburo tenderán a ubicarse en un rango más alto durante el próximo año. El presupuesto del gobierno se hizo con el nivel de la cobertura en 42 dólares, así que todo lo que sea arriba de este nivel ayudaría a los ingresos.